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Un viaje a los 80 de la mano de Hari Sama

Fotos: Especial
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Un viaje a los 80 de la mano de Hari Sama. El director retrata una época decisiva en México en su nueva película ‘Esto no es Berlín’ Giovanna Cancino Un viaje a los 80 de la mano de Hari Sama. El director retrata una época decisiva en México en su nueva película ‘Esto no es … Leer más

Un viaje a los 80 de la mano de Hari Sama. El director retrata una época decisiva en México en su nueva película ‘Esto no es Berlín’

Giovanna Cancino

Un viaje a los 80 de la mano de Hari Sama. El director retrata una época decisiva en México en su nueva película ‘Esto no es Berlín’.

Hari Sama, director de la obra ‘Esto no es Berlín’ (y quien también ha sido guionista, productor y actor de varios productos fílmicos), platicó con este medio sobre la entrega y toque personal que tiene dicha producción fílmica, que es su cuarta película y se estrena este 12 de diciembre.

¿Cómo describiría la experiencia de hacer esta película y cómo ha sido la reacción hasta el momento de quienes ya la vieron en otros países?

Fue una película muy satisfactoria para mí, de inspiración autobiográfica, entonces en ese sentido fue fuerte regresar a un espacio de mi vida adolescente en donde había cicatrices y terminas entendiendo quién eres.

La respuesta ha sido increíble; hemos tenido la oportunidad de viajar mucho con esta película.

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¿Con qué se va a encontrar el público cuando ‘Esto no es Berlín’ se estrene en México?

Es una película de maduración ambientada en los años 80. Es la historia de dos chicos que viven en una zona de la Ciudad de México de clase media dentro de una familia muy conservadora, van a una escuela católica y de alguna manera se muestran como la primera generación que vive divorcios en casa y hay una distancia muy marcada entre los adultos y los jóvenes.

Esas fracturas los hace vivir de una manera muy peculiar y su vida cambia cuando van a una tocada de rock y descubren el mundo de arte, y de los excesos como drogas, sexo y alcohol.

Luego de retratar una realidad social de hace 30 años, ¿cómo considera que los jóvenes se enfrentan a este tipo de escenarios donde no hay muchas restricciones?

Aquella generación abrió la posibilidad de que los jóvenes recuperaran los espacios públicos.

En ese entonces, estaban prohibidos los conciertos de rock. No había sitios para jóvenes artistas para exponer sus ideas. Por ejemplo, ver dos parejas del mismo sexo tomadas de la mano era algo impensable en ese entonces y ahora ya no lo es.

Creo que sí estamos viviendo ahora las consecuencias de la apertura que hubo en esa época y hay un poco más de conciencia de que todos somos iguales, tolerancia y respeto, aunque todavía haya trabajo por hacer.

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¿Cuál fue el mayor reto al que se tuvo que enfrentar durante este filme?

Primero, que el presupuesto que había no daba para una película de época; se luchó mucho para lograr los resultados que obtuvimos.

En lo personal, me llevó a lugares que, pensé, ya los tenía resueltos y experimenté emociones muy fuertes.

Fue paradójico, algo bello, pero complicado. Me permitió tanto cerrar cosas como retomar otras. Colectivamente trabajé con los actores de manera profunda rayando en el psicoanálisis y lo místico. Por eso, no nos sorprende que haya una energía bonita en la película.

¿Qué opina sobre este giro que ha dado el cine mexicano en el que vemos muchas comedias románticas o ‘refritos’? ¿Cambiaría algo?

Hay una diferencia muy inmensa entre el cine comercial que se hace para vender y el de autor que es el que más se conoce en otros países y está ganando festivales como arte contemporáneo, propositivo y experimental. En medio de eso hay un hueco inmenso como el cine independiente norteamericano y europeo y en México hay mucho público que se atrae por la telenovela, pero sí hay otro que se interesa por otro tipo de historias; creo que me acercaría a ese tipo de personas.

¿A qué se enfrentan las nuevas generaciones de cineastas y que antes no existían?

Cuando yo empecé a hacer cine en México, se hacían ocho películas al año, porque es caro hacer cine y antes no había la tecnología que hay ahora. No había industria; los mismos directores eran los que hacían todas esas películas.

Ahora se hacen muchas, pero no todas tienen un público real. Hay las que no se estrenan y a lo que se está enfrentando cualquier creador que es a la increíble e inmensa cantidad de cosas que hay ahora al alcance de todos.

AMIP.

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