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¿Por qué sentimos dolor?

people, healthcare and problem concept - unhappy man suffering from pain in back or reins at home
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¿Sabías que la percepción del dolor es netamente subjetiva y directamente relacionada con el llamado ‘umbral de dolor’ que tenga cada persona? Carlos Gutiérrez La respuesta es sencilla y no solo involucra al dolor, sino a cualquier tipo de sensación que experimentamos, como el frío, el calor, la suavidad, la aspereza de las cosas y … Leer más

¿Sabías que la percepción del dolor es netamente subjetiva y directamente relacionada con el llamado ‘umbral de dolor’ que tenga cada persona?

Carlos Gutiérrez

La respuesta es sencilla y no solo involucra al dolor, sino a cualquier tipo de sensación que experimentamos, como el frío, el calor, la suavidad, la aspereza de las cosas y su peso.

Todas ellas las podemos sentir gracias al aparato nervioso que recorre todo nuestro cuerpo. La mayor parte del dolor que experimentamos es causado por un daño real o amenaza de daño a los tejidos finos de nuestro cuerpo, tales como músculo y hueso, principalmente.

El Proceso

De acuerdo con una investigación realizada por la Escuela Médica de la Universidad de Arizona, el dolor físico está estrechamente vinculado con una proteína llamada kinasa M zeta, la cual se encarga de prolongar la sensación tras sufrir un golpe o una herida.

Según este estudio, una vez que experimentamos un dolor, esta sensación es recibida por las neuronas, que a su vez enviarán señales a través de esta proteína a conexiones más fuertes como la espina dorsal, que magnificará el efecto.

Puede ser intenso, leve, agudo, pasajero o crónico, pero todos lo hemos experimentado en alguna ocasión. El dolor surge del cerebro. Este recibe las señales que llegan en décimas de segundo después de la lesión, y las interpreta (de manera subjetiva, pues es diferente en cada persona), produciendo de esta manera el dolor.

Cualquier daño, o la amenaza de daño, es detectada por una red de nervios sensibles que existe a través la mayor parte de los tejidos finos y órganos en nuestro cuerpo, que son activados por los factores que podrían causar daños (calor y presión) y por las sustancias segregadas cuando el tejido fino se daña realmente.

Una vez activados, los nervios llevan mensajes acerca de los daños a la médula espinal, que se encuentra dentro de la columna vertebral. Los nervios de los tejidos activan los nervios dentro de su médula espinal, que luego conducen los mensajes hasta el cerebro. En áreas especializadas del último órgano, los mensajes se interpretan como dolor que viene del área afectada por el daño.

Cada persona tiene diferentes ‘receptores’ en el cerebro sobre los que actúan los calmantes naturales del dolor y liberan esas sustancias de modo diferente, lo que puede explicar por qué sentimos el sufrimiento de modo distinto.

Tipos de dolor

Un dolor puede ser muy agudo e instantáneo, o bien duradero y crónico, permanente; y todas las variantes entre esos dos extremos que pueda imaginarse. Lo cierto es que el sufrimiento asociado a las sensaciones dolorosas es quizá uno de los males más generalizados en el mundo entero.

  • Dolor superficial: Generalmente, el estímulo que despierta dolor en el nivel de la piel o tejidos superficiales es de tipo físico-químico (trauma, calor o choque eléctrico). Si el estímulo es leve, la corteza lo ‘confunde’ con sensaciones de tacto, presión, calor o frío. Sin embargo, cuando un estímulo doloroso se hace más intenso, causando un trauma localizado, la percepción y la respuesta aumentan en forma exponencial.
  • Dolor profundo: Se produce cuando el estímulo se genera en una víscera o en estructuras esqueléticas profundas, ya que en ambos casos la vía de transmisión sensitiva utilizada por ambos casos es la misma. Para que un individuo perciba ‘dolor visceral’, tiene que existir un estímulo adecuado (no todos los estímulos generan dolor).

Un estudio realizado por la Escuela de Salud y Ortodoncia de la Universidad de Míchigan ha revelado un diferente comportamiento de cada sujeto con respecto al dolor y a las emociones relacionadas con el sufrimiento, que el cerebro parece procesar en un área conjunta.

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