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Queretanos superan retos para desarrollo de nanosatélite K’oto

Los estudiantes encargados del dispositivo han encontrado el camino para poner en órbita el satélite a fines de 2022. (Especial)
Los estudiantes encargados del dispositivo han encontrado el camino para poner en órbita el satélite a fines de 2022. (Especial)

Los estudiantes encargados del dispositivo han encontrado el camino para poner en órbita el satélite a fines de 2022

Gonzalo Flores

Desarrollar un nanosatélite que funcione en el espacio en México no es tarea fácil. Si se suma la pandemia por COVID-19, la tarea se complica aún más. Sin embargo, nada detiene a los científicos queretanos para ser los primeros en el estado en poner un satélite en órbita.

Un total de 45 estudiantes de diversas instituciones universitarias de Querétaro han sido partícipes en el desarrollo del nanosatélite K’oto, primero que se construye en Querétaro para ser puesto en órbita a fines de 2022 desde Japón, informó el doctor Rafael Guadalupe Chávez Moreno, investigador de la Unidad de Alta Tecnología de la UNAM Campus Juriquilla. Se espera que la mayoría participe de forma presencial, en las dos fases que se desarrollarán en el Instituto de Tecnología de Kyushu.

Estudiantes de instituciones como la UNAM, UNAQ, ITQ, Politécnica de Santa Rosa Jáuregui y del Tecnológico de Durango han trabajado a lo largo de tres años en la creación de este dispositivo, el primero de origen queretano, que será lanzado al espacio para la transmisión de información.

En seguimiento a nuestra nota donde se informó que a fines de este año el nanosatélite K’oto será lanzado al espacio, el doctor Chávez Moreno ahondó sobre el desarrollo del proyecto, que enfrentó un obstáculo adicional con la llegada de la pandemia por COVID-19.

Al ser un proyecto multidisciplinario, que abarca diversas especialidades, se tuvo que establecer una estrategia de trabajo a distancia y una coordinación para el uso de los laboratorios para que los estudiantes pudieran avanzar en el dispositivo.

“Lo que buscamos es que no fuera solo comprarlo e integrarlo, sino que los chicos desarrollaran diversas tarjetas electrónicas programando sus propios algoritmos, por lo que fue necesario encontrar los mecanismos que nos permitieran entrar a los laboratorios y trabajar de forma remota, esa fue una de las grandes barreras que tuvimos con el proyecto”, contó.

El investigador resaltó que no fue el único obstáculo. Al tratarse de un proyecto de índole espacial, su desarrollo implica seguir ciertos estándares y normas internacionales.

“No se tiene nada documentado para América Latina, entonces eso también fue algo complicado, porque tuvimos que tomar estándares de Europa, de la NASA, seguir también los estándares de Japón que es con quién trabajamos y el aprender a trabajar bajo esas metodologías al pie de la letra como lo marca un proyecto espacial, nos llevó un tiempo acostumbrarnos en como hacer cada una de las etapas, documentar y tener todo previsto”, explicó.

El proyecto queretano será el primero que se documente en el continente de carácter espacial, por lo que toda la documentación y trazabilidad será liberada en su momento. “Para nosotros es muy importante que si otra persona, ya sea de México o América Latina, que quiera hacer otro proyecto no empiece desde cero como prácticamente lo hicimos nosotros”, aseguró.

Otra de las complicaciones que se han presentado, fue en el proceso de adquisición de licencias de telecomunicaciones, pues al desarrollar un satélite, refirió el especialista, la única forma de comunicarse con él en el espacio es a través de comunicaciones inalámbricas.

El nanosatélite K’oto, cuando esté en el espacio, se encargará de tomar fotografías del territorio mexicano y las transmitirá a la estación en tierra que se encuentra en Querétaro. Contará con dos cámaras, por lo que de entrada, las imágenes que transmita serán de baja a media resolución, de 4 y 8 megapíxeles.

“Para esto fue necesario lograr la concesión de frecuencias de telecomunicaciones, un proceso que es largo, nos ha llevado aproximadamente año y medio, y todo ha sido un aprendizaje, desde como hacer la solicitud ante la IFT, trasladarlo a la documentación, para lograr adquirir las bandas de frecuencia”, añadió.

ASESORES INTERNACIONALES

El doctor Chávez Moreno comentó que para reforzar el desarrollo del nanosatélite en vías de lograr su mejor funcionamiento, los estudiantes también cuentan con el apoyo de asesores tecnológicos, personas con experiencia en desarrollo de sistemas espaciales y tecnología.

“Son asesores de la NASA, tenemos asesores en el Instituto Tecnológico de Kyushu, tenemos asesores de la Agencia Espacial Ecuatoriana, y también asesores tecnológicos que se encargan de desarrollar las computadoras de los cohetes argentinos, algo que ha permitido que el desarrollo de K’oto se lleve a un correcto funcionamiento”, detalló.

En una tercera y última entrega, sobre el nanosatélite queretano K’oto programada para el próximo lunes, expondremos los detalles de los preparativos para el lanzamiento que se hará en Japón a fines de 2022.

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