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Cohete a la deriva se estrella en la cara oculta de la Luna

Ninguna agencia espacial se ha hecho responsable del cohete que se impactó en la Luna. / Foto: Especial
Ninguna agencia espacial se ha hecho responsable del cohete que se impactó en la Luna. / Foto: Especial

A medida que el propulsor se rompa en miles de pedazos, gran parte de la evidencia física en la Luna se perderá

Una parte de un cohete a la deriva y sin dueño ha chocado contra la Luna. Según los cálculos de los expertos, el trozo de basura espacial ha impactado contra la superficie lunar el viernes.

El cohete se ha estrellado en el lado oculto de la Luna, dentro de un cráter llamado Hertzsprung, y el suceso marca la primera vez que una pieza de basura espacial golpea accidentalmente la superficie lunar.

En 2009, la NASA llevó a cabo la misión LCROSS, la cual tenía como objetivo estrellar deliberadamente la etapa superior de un cohete gastado en la Luna para observar los resultados. Pero aquel fue un choque programado.

El impacto podría tener bastante valor científico. Aunque ahora los astrónomos están más interesados en comprender la presencia de hielo en los polos lunares, ver el material del subsuelo expulsado por el ‘ataque’ de este cohete puede proporcionar datos valiosos.

Sin embargo, la evidencia de lo que ha sucedido no llegará hasta que dos satélites que orbiten la Luna pasen sobre el sitio de impacto proyectado y fotografíen el cráter resultante.

El radar del Sistema Solar Goldstone en California, Estados Unidos, estaba configurado para observar el objeto desde unos días antes del impacto y el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) de la NASA buscará cambios debido al choque en la exosfera lunar, una capa muy delgada de gases, y luego escaneará la superficie de nuestro satélite natural en busca del cráter de impacto.

Los científicos esperan obtener confirmación en los próximos días. Lamentablemente, a medida que el propulsor se rompa en miles de pedazos, gran parte de la evidencia física de sus verdaderos orígenes se perderá.

Primero se creía que eran los restos de la segunda etapa de un cohete Falcon 9 de SpaceX lanzado en febrero de 2015 para poner en órbita el Observatorio Climático del Espacio Profundo de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos -NOAA, por sus siglas en inglés-.

Poco después se desmintió que fuera la basura espacial de la empresa de Elon Musk y se dijo que era el propulsor de un cohete Larga Marcha 3C, utilizado en una misión china en 2014, la Chang’e 5-T1. Este pasó detrás de la Luna y regresó a la Tierra para probar las capacidades de reingreso a la atmósfera y, además, llevó una carga útil secundaria de instrumentos científicos en la etapa superior en nombre de la empresa LuxSpace, con sede en Luxemburgo.

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