Entrega Jorge Galán segunda parte de trilogía de literatura fantástica

Magdiel Torres

Jorge Galán es un reconocido autor salvadoreño que ha incursionado en la poesía y en la literatura fantástica. En este último rubro es reconocida su obra ‘La ruta de las abejas’, primera serie de una trilogía publicada por Océano. ‘El país de la niebla’ es la segunda parte y ya está en librerías.

“En esta entrega continúa la travesía del personaje principal. Si bien ‘La ruta de las abejas’ era una novela de presentación de la historia, acá vamos de lleno a enfrentar el conflicto y es una novela con mucha acción y vértigo”, explica el autor.

El proceso de creación de una obra de este corte fantástico implica mucha imaginación. No podía ser de otro modo. Previo a la escritura como tal, hay un proceso de imaginar la trama. El autor confesó que primero se cuenta la historia a sí mismo.

“El tiempo de redacción puede variar, pero nunca más de tres meses. El diseño del libro, la corrección son procesos aparte que te pueden llevar mucho tiempo. El periodo de redacción es un tiempo de intensidad, de escritura diaria de lunes a domingo. Eso te permite vivir la propia aventura que uno está escribiendo”, explicó el escritor.

Una de las particularidades de un libro como ‘El país de la niebla’ es el lirismo que hay en la narración. Sobre todo en los diálogos de los personajes que, cuando hablan, lo hacen con frases contundentes. No es casual. Galán es un reconocido poeta que tiene en su haber varios premios internacionales. Los procesos entre uno y otro género son distintos, señaló.

JORGE GALÁN, EL POETA

“Son cosas completamente distintas. En un libro de poema decidís la temática que vas a escribir, tenés una idea de cuántos textos pueden componer el libro y luego los poemas van llegando. En mi caso no es algo que uno pueda decidir escribir cada día.

“Cuando tenés los poemas sí podés trabajar cada día hasta terminar la corrección del libro, pero en realidad son poemas que van llegando. Mi último libro que tenía treinta y seis poemas me tardé en escribirlo unos dos años y medio. Es muchísimo tiempo porque los poemas no siempre llegan.

“Puedes tener un proceso de escritura en el que escribes diez poemas en una sola semana, pero luego pueden pasar meses en los que no escribes un solo poema. En una novela primero te contás la historia vos mismo y después diseñás una estructura. Es un momento muy agradable porque es un ejercicio de imaginación”, clarificó.