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Leer entre puros, un oficio oculto en Cuba

Odalys acude todos los días a la tabaquería, para ejercer el oficio de lectora, una tradición iniciada en el siglo XIX en la isla caribeña AP Cada mañana Odalys sale de su casa, llega a su trabajo y comienza a leer. Una larga fila de torcedores sentados en sillas de madera y rodeados del perfume … Leer más

Odalys acude todos los días a la tabaquería, para ejercer el oficio de lectora, una tradición iniciada en el siglo XIX en la isla caribeña

AP

Cada mañana Odalys sale de su casa, llega a su trabajo y comienza a leer. Una larga fila de torcedores sentados en sillas de madera y rodeados del perfume de las hojas secas de tabaco la escuchan con atención mientras preparan los cigarros cubanos que deleitarán a aficionados de todo el mundo.

Odalys de la Caridad Lara Reyes cumplió 55 años y por nada del mundo cambiaría su singular oficio de lectora de tabaquería, una tradición cubana iniciada en el siglo XIX y que se ha convertido en Patrimonio Cultural de la Nación.

“Si vuelvo a nacer quisiera ser lectora (de tabaquería) porque a través de este oficio he aprendido en todos los ámbitos”, dijo a Odalys, una mujer de baja estatura, pelo lacio entrecano, voz profunda y dicción perfecta que cada día se instala en una tarima frente sus compañeros, los torcedores. “Me siento muy orgullosa”.

Marcas como San Cristóbal de La Habana, Montecristo, La Gloria y Cuaba salen de la fábrica La Corona -que tiene unos 300 torcedores y unos 700 trabajadores de apoyo- a quienes Odalys les lee el periódico, el estado del tiempo y novelas, les recuerda el cumpleaños de alguno y hasta informa el menú que se servirá ese día en el comedor obrero.

Antes era payaso, ahora obrero de fábrica de ataúdes en Perú

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