La salud sexual: tema de dos, no solo de la mujer, advierten expertos

En el tema de la salud sexual en México, las mujeres son más sensibles para tomar anticonceptivos que los hombres, dice estudio

Juan Carlos Machorro

En la década de los 50s se creó la píldora anticonceptiva femenina. Esto significó una revolución para la salud sexual y reproductiva (SSR) de las mujeres. Sin embargo, con el paso del tiempo y el desarrollo de nuevos métodos anticonceptivos, la mayoría es de uso femenino.

“Esta situación reforzó la idea de que el cuidado de la salud sexual era un tema solo para las mujeres”. Así lo señala María Cerdio Lara, investigadora social Nosótrikas Tik Tank.

A pesar de los avances médicos para desarrollar anticonceptivos hormonales masculinos, su información y distribución en el mercado aún no se ha extendido. Aunque existen diversos estudios que exploran su nivel de aceptación, estos solo se basan en conductas de consumo, la viabilidad química del producto o la seguridad sanitaria de los usuarios. Sin embargo, excluyen factores socioculturales que “son clave para superar por completo las desigualdades en las responsabilidades reproductivas”. Así lo indica la especialista.

De acuerdo con el estudio ‘I´m Not ‘Macho’ But…’, realizado por Nosótrikas Tik Tank, en el cual se abordan temas como la píldora anticonceptiva masculina (MCP, por sus siglas en inglés) y la responsabilidad reproductiva en México e India, tanto la aceptación y el rechazo del uso de las píldoras masculinas refuerzan las disparidades de género.

DESIGUALDADES EN SALUD SEXUAL

“Las desigualdades traspasan fronteras. Los hombres entrevistados de ambos países coinciden en que su sexualidad se centra en la satisfacción y el  placer. Mientras que del lado femenino se reduce a la prevención de enfermedades de transmisión sexual, la reproducción o ‘una prueba de amor a su pareja”, dijo.

“Prueba de ello es que la mayoría de los anticonceptivos y los programas de educación sexual están enfocados en ellas como las únicas responsables de estos temas. Los hallazgos de este estudio invitan a repensar la sexualidad y la reproducción como un tema de responsabilidad compartida”, afirma.

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De acuerdo con el estudio, el miedo es la emoción que permea el discurso de los hombres entrevistados. La mayor preocupación en torno al uso de la MCP radica en que esta afecte sus capacidades sexuales. Incluso los hombres mexicanos mostraron mayor inquietud  en comparación a los de la India. El deseo y rendimiento sexual son formas muy importantes para expresar su masculinidad.

MACHISMO EN LA SALUD SEXUAL

Para aquellos que mostraron una actitud positiva hacia tomar la píldora, el argumento se basa en que “las mujeres ya no podrán engañarlos” y así podrán “estar seguros” de que el bebé que esperan es de ellos.  Es decir, se basa en un discurso de control.

Otro dato revelador del estudio radica en que a pesar de que más del 98 por ciento de los mexicanos en edad fértil conocen los métodos anticonceptivos, sólo el 69.2 por ciento de ellos ha utilizado alguna forma de protección y de estos el 69 por ciento tuvo hijos antes de usar algún anticonceptivo.

También señala que la esterilización femenina es el método anticonceptivo más común en México. Esto a pesar de ser mucho más riesgosa que la esterilización masculina. A nivel nacional, solo el 2.7 por ciento de los hombres se han hecho la vasectomía, de acuerdo con Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2019 (ENADID).

IGNORANCIA SOBRE SALUD SEXUAL

La investigación da muestra de que “los hombres en ambos contextos estudiados (México e India) carecen de conocimientos sobre anticonceptivos y muestran una comprensión limitada de la biología reproductiva femenina. Lo cual tiene implicaciones directas en la distribución de responsabilidades reproductivas”, refiere el estudio.

Por ello, la directora de Nosótrikas recomendó que se debe visibilizar la importancia del tema con equidad de género. Generar nuevos mensajes que reflejen las injusticias de género en la sexualidad; las políticas deben crear mecanismos que faciliten a los hombres y  niños su participación en la investigación; y el marketing relacionado a los anticonceptivos podrían evitar reproducir discursos de la masculinidad basados en la satisfacción y el placer sexual.

MT