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El circo regresa, de a poco, a su ‘nueva normalidad’

Foto: Yarhim Jiménez
Foto: Yarhim Jiménez

Los espectáculos itinerantes empiezan a montar sus carpas y sus artistas vuelven a su vida tan característica Magdiel Torres El circo Atayde está en la ciudad. La carpa que se se eleva en el estacionamiento de Plaza Esfera había dejado de ser un paisaje habitual debido a la pandemia, pero de a poco empieza a … Leer más

Los espectáculos itinerantes empiezan a montar sus carpas y sus artistas vuelven a su vida tan característica

Magdiel Torres

No fueron meses fáciles para los artistas del circo. / Foto: Yarhim Jiménez

El circo Atayde está en la ciudad. La carpa que se se eleva en el estacionamiento de Plaza Esfera había dejado de ser un paisaje habitual debido a la pandemia, pero de a poco empieza a andar un espectáculo de cientos de años.

No fueron meses fáciles para los artistas del circo. Tuvieron que parar por ocho meses. Se quedaron sin empleo, como muchos por la pandemia. Pero si uno les pregunta qué fue lo más difícil de esta temporada se cerciora que no solo del pan vive el hombre: lo que más extrañaron fue el público y viajar.

Bélgica Bells, trapecista y coreógrafa del espectáculo, señala que para ella el parón le sirvió de cierta manera para darle un respiro a su vida. Tuvo tiempo para disfrutar de su familia, pues antes de la pandemia el trabajo la absorbía demasiado.

Pero también tuvo que hacer algo diferente para subsistir. “La situación económica fue difícil porque nosotros vivimos al día. Hicimos un autocinema en San Juan del Río. Pero por mucho que puedas desempeñarte en muchas áreas, el tema del público es importante. Los niños son el público más sincero”, explicó Bells.

El hermano de Bells montó un autocinema en la que ella se empleó cobrando la entrada y atendiendo los autos. De la misma manera, Daniel González, quien funge de payaso en el espectáculo, se ideó una forma para afrontar la crisis: vendió, con su familia, las golosinas de los circos.

Aylín, alambrista y equilibrista, es tercera generación de una familia circense, su esposo, dice, es cuarta generación. “Mis abuelos llegaron de Venezuela, formaron un circo. Tuvieron a mis tíos y tías y a mi mamá. Todos ellos trabajan en el circo. Menos mi papá, pero se enamoró de mi mamá y se fue con ella, entonces él también es ya parte del circo”, narra.

En las carpas se observan a los niños y niñas que vuelven a su normalidad, la de viajar a todas parte de la República mientras se convierten en portadores de una tradición centenaria que ya ha superado pandemias y parece que, gracias a su naturaleza viajera, también podrá superar esta.

Circo Atayde Hermanos se disfrutará vía ‘online’

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