Juan Osorio, un amante de la versatilidad del saxofón

La casualidad lo unió a su instrumento 

Selene Ugalde

El saxofón es un instrumento belga que nació siendo una mezcla de instrumento de viento madera y viento metal, el cual posee la fuerza de la trompeta y la agilidad del clarinete. Esto lo convierte en un instrumento muy versátil en cuanto a la capacidad de sonidos que transmite.

Para Juan Carlos Solorio Morales, que se acercó a la música desde hace 13 años, el saxofón fue algo circunstancial. “En la primaria en la que estaba éramos niños muy inquietos y necesitabamos actividades extra a las de la escuelas. Yo fui a una escuela católica y un padre que tenía muchos instrumentos nos enseñó. Fue circunstancial porque fue el instrumento que me dieron. A partir de eso empezamos a tocar en las misas de la escuela y ensayabamos ahí”, cuenta.

Juan Carlos empezó estudiando el sonido clásico del instrumento y con el tiempo se ha desenvuelto en sonidos más populares. Hace 8 años que es saxofonista de manera profesional, de forma independiente y con Katua, una banda queretana multifacética de música latina que combina el funk, reggae, hip-hop, salsa, cumbia y que ahora experimenta con el merengue.

El artista confesó que lo que más le gusta del saxofón es su versatilidad, “que en una orquesta puede sonar muy delicado, un sonido oscuro y muy centrado que evoque en ti la nostalgia. Si te vas a una banda de funk, el instrumento puede sonar con mucha fuerza e intensidad, crear música que se pueda bailar. A diferencia de la música clásica, que es un poco mas oscura, la música popular suena un poco más brillante. Eso es lo que más me gusta del instrumento, que ayuda a que el interior salga de una forma bastante versátil”.

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