Cinco lugares de miedo y espanto en la ciudad de Querétaro

La ciudad de Querétaro tiene diversos lugares de miedo y espanto en los que han pasado historias extraordinarias y terroríficas

Silvia Elena Mora

Leyendas y lugares de espanto hay por todas partes, pero en Querétaro destacan algunos sitios singulares, muy tenebrosos y oscuros que quizá sea mejor no conocer. Al menos que se goce de una valentía y curiosidad sin igual.

LA CASA DE DON BARTOLO

Esta leyenda comienza en 1651 cuando don Bartolo Sadonetta, “el segoviano”, enamorado de su hermana, vendió su alma al diablo para ser rico y que ella no lo dejara. El hombre consiguió fortuna por medio de robos y negocios turbios.

En este lugar, cuando era su cumpleaños decía estas palabras indescifrables para todos: “Brindo por la señora mi hermana, por mi ánima y por el 20 de mayo de 1701”.

Justo en esa fecha de escuchó un estallido en la casa, se encontró a la hermana estrangulada, y en el techo, carbonizado a don Bartolo, con una nota que decía: “castigado así por hipócrita, asesino y ladrón”, así como el contrato firmado por él y el mismo diablo que vencía ese día.

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Hoy “La Casa de los Espantos” es un lugar de oficinas de Educación Pública, pero hay quien afirma que por las noches se escuchan los desgarradores lamentos de don Bartolo. Se encuentra en Avenida Luis Pasteur Sur 21, colonia Centro.

CASA ZACATECANA

Entre las coloridas y coloniales calles del Centro Histórico se halla esta casa, propiedad de un matrimonio venido de Zacatecas para hacer negocios en las minas. La felicidad duró poco, pues la esposa se enamoró de uno de los sirvientes. Se obsesionó tanto con él, que mandó apuñalar a su esposo y lo enterró en las caballerizas; al tiemp

o también mandó matar al asesino. Algún tiempo después, la mujer fue encontrada muerta, y también se descubrieron los dos cadáveres, por lo que su cuerpo fue colgado del balcón.

Desde entonces se oyen ruidos extraños, gritos de mujer y se observa una sombra que se asoma por el balcón.

Hoy es un museo que muestra cómo era la vida de una familia tradicional de la alta sociedad novohispana, con una extensa colección de muebles y obras de arte de México, Europa y Oriente, del siglo XVII al XX repartidos en 12 salas. Está en Calle Independencia 59, colonia Centro.

EL AGUJERO DEL DIABLO

En el antiguo convento de San Francisco ocurrió esta leyenda en la que se cuenta que uno de los más destacados seminaristas se encontró con una bella dama, pero como estaba decidido a servir a Dios, trató de olvidarse de ella. Al poco tiempo, la imagen de la joven se apareció en su celda, pero fue convirtiéndose en una mezcla de bestia y mujer que peleaba con él. Sus compañeros al oír los gritos del seminarista se dieron cuenta que era el demonio, y al no poder abrir la puerta, hicieron súplicas desde afuera hasta que el demonio huyó por un agujero, que aún hoy puede verse.

En este lugar se encuentra el Museo Regional, con seis salas que dan cuenta de la historia y una biblioteca con un acervo de más de 14 mil libros de la época de la Colonia. Y junto a los baños puede verse una momia de verdad, no un espectro. Se ubica en Corregidora Sur 3, colonia Centro.

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LA SOMBRA DE MAXIMILIANO, EN EL PANTEÓN

El emperador de México pasó sus últimos días antes de ser fusilado en el Convento de la Santa Cruz, y por su ventana solo podía ver el cementerio que hoy es el Panteón de los Queretanos Ilustres. Tiempo después, Simón, un hombre que trabajaba ahí, relató que mientras limpiaba las tumbas, una voz lo llamó, y al voltear se encontró con la sombra de un hombre alto y delgado que abrió el puño y le entregó algo.

Simón se desmayó y al despertar en el hospital, contó lo que le había pasado, y al abrir su mano traía un Maximiliano, una moneda de 14 quilates de oro de la época del emperador. La leyenda dice que es posible encontrarse con la sombra del emperador si pasas por el panteón justo a la media noche.

CASA MIJANGOS

Una ama de casa casi ejemplar, maestra de catequismo, ex reina de belleza, separada de su esposo y enamorada del párroco de la iglesia, de pronto empezó a mostrar un comportamiento errático. Y una noche de abril de 1989, tras una discusión con su esposo, acuchilló a sus tres hijos, luego de escuchar “voces”. Le diagnosticaron esquizofrenia, y por eso la condenaron a solo 30 años de prisión. Se le llamó “la hiena de Querétaro”, y salió de prisión en 2019. La casa donde ocurrieron estos asesinatos se encuentra abandonada, pero la gente que pasa por ahí dice que realmente se siente una vibra escalofriante. Se ubica en Hacienda Vegil 408, en Jardines de la Hacienda.

MT