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Eduardo Castellanos, orfebre de música y otras pasiones

Eduardo Castellanos, orfebre de música y otras pasiones. Cortesía de Omar Leo Photography
Eduardo Castellanos, orfebre de música y otras pasiones. Cortesía de Omar Leo Photography

Eduardo Castellanos es un laudero que ha sido partícipe de la historia reciente de rock. Radicado en Querétaro, trabaja en su propia marca Magdiel Torres Charlar con Eduardo Castellanos es hablar de las últimas tres décadas del rock. Como guitar tech de varios músicos y agrupaciones de rock, Castellanos ha contribuido a la escena musical … Leer más

Eduardo Castellanos es un laudero que ha sido partícipe de la historia reciente de rock. Radicado en Querétaro, trabaja en su propia marca

Magdiel Torres

Charlar con Eduardo Castellanos es hablar de las últimas tres décadas del rock. Como guitar tech de varios músicos y agrupaciones de rock, Castellanos ha contribuido a la escena musical con su técnica. Pero sobre todo, desde su labor como laudero, pues tiene la propia marca de guitarra y bajo eléctricos.

Ahora, después de poco más de treinta años de trabajar con diversos músicos, Eduardo Castellano montó su taller en Querétaro. Cansado de la vida ajetreada de la gran urbe, del estrépito de las giras y los viajes, ha encontrado el lugar perfecto para realizar su verdadero oficio: la construcción de instrumentos musicales de cuerda.

De la autoría de Eduardo Castellanos es el N-earbass. Un modelo de bajo de escala corta que tiene el brazo más corto sin que se pierda la afinación ni la calidad del sonido. “Se trata de un instrumento más ergonómico, pensado para músicos que no tiene el brazo tan largo y que por lo tanto es más cómodo”, explica Castellanos.

En su estudio, Eduardo Castellanos se dedica a componer guitarra, bajos y también a crear los instrumentos que llevan su firma. No es un arte fácil. Explica que es un arte manual y un ayudante puede colaborar hasta cierto punto, pues llega el momento en que el trabajo debe hacerlo el experto. Aun así, ha ideado una estrategia para elevar su producción, pero siempre conservando la maestría de su arte; al fin y al cabo, es un objeto que lleva su firma.

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Sin embargo, tras hablar de músicos virtuosos e instrumentos que son sinécdoques del ejercicio artístico, Castellanos recordó un encuentro singular. Después de tocar en un evento privado e interpretar una melodía de su autoría un hombre se acercó para felicitarle por la pieza musical: se trataba de Gabriel García Márquez.

La noche de aquel día, al lado de Gabo, pasó un momento inolvidable. El colombiano, como buen cazador de historias, buscaba en Castellanos alimentarse de anécdotas y relatos. El propio Castellanos, como artesano y músico, ha hecho de su vida una obra y ese talento se vuelve tangible en los instrumentos que fabrica.

Por ahora, en su taller en el centro histórico de Querétaro, Castellanos fabrica los instrumentos que llevan su firma y, con ella, un cúmulo de experiencia que hace de sus guitarras y bajos, objetos invaluables.

MT

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