Arte y cultura sigue su curso en pandemia

El Centro de la Cultura Compartida recibirá a partir de mañana a 25 personas debido al cambio de semáforo COVID-19 a amarillo

Selene Ugalde

A raíz de la necesidad de un refugio para la libertad artística, la reflexión compartida, la visibilidad del trabajo de creadores emergentes locales y de la zona del Bajío nació el Centro de la Cultura Compartida con propuestas poco convencionales o disruptivas y como un espacio de convivencia comunitaria.

El CCC está divido en cinco partes, la sala de exposiciones, la cafetería Bunker, la librería Submarino, un área para impartir talleres y el patio, donde antes de la pandemia hacían eventos masivos.

“El bunker es una reflexión sobre la época en la que estamos viviendo, del posmodernismo ¿Cómo sería un espacio después del fin del fin del mundo? Pues -el espacio- está todo grafiteado. Hay luz, pero entra poca del sol. Y es lo que queríamos transmitir con un espacio como este, que reflexiona sobre la propaganda política y convoca a las dinamicas colaborativas en un contexto anarquista”, dijo Estefania Palacio, fundadora y gestora cultural del CCC.

De Mayo de 2019 hasta 15 marzo del 2020 realizaron unos 120 eventos culturales, como presentaciones, charlas, espacios de lectura y reflexión que tuvieron que pausar por la pandemia.

Estefania, compartió que al no caer ingresos de los eventos que suspendieron, tuvieron que convertirse en un espacio auto-financiado con un esquema de “Roomies”, pues ellos cubren los gastos de renta y servicios básicos.
Con el cambio de semaforo a amarillo que empieza desde mañana, tendrán la apertura solo para 25 personas, ya que sus actividades continuarán en línea.

Una de las áeas más concurridas es el ‘Submarino’. Inició como un proyecto digital y propuesta de Joselo Montes.

Primero fue un espacio periodístico y después en un híbrido de Librería y biblioteca en el que ahora se comparten libros a domicilio, y se realizan conferencias, presentaciones y lecturas.