Anticuarios resisten la pandemia, como sus objetos a los años

A pesar de que el Semáforo COVID-19 marca naranja, los locales lucen solos y son las redes sociales el medio que les ayuda a vender

Selene Ugalde

Anticuarios, o tiendas de antigüedades solían ser visitadas por queretanos curiosos y turistas de paso, de acuerdo a Rosa Espectia, dueña de la tienda La Vitrola, quien reconoce que la afluencia era tanto de turistas nacionales como extranjeros.

Ahora la pandemia los obligó a cerrar sus puertas por 75 días y el Semáforo Naranja ha permitido su apertura desde hace un poco más de un mes, pero las ventas son bajas. “Hemos vendido muy poco, a lo mucho un 8 por ciento o 10 por ciento de lo que se vendía antes. Ha estado muy solo”.

Espectia platica que las redes sociales han sido su “salvavidas”, ya que la mayoría de las ventas han sido a través de Facebook  medio les permite estar en contacto con sus clientes, realizar envíos nacionales o agendar citas personalizadas.

La mayoría de los vendedores de antigüedades, ubicados sobre la Calle Venustiano Carranza en el Centro Histórico de Querétaro, comenzaron este negocio como pasatiempo, como es el caso de Araceli Mandujano y su esposo, Paco Rabel, presidente de las tiendas de Anticuarios y dueños del Garabato Bazar.

Aracely y Paco Rabel, empezaron vendiendo las antigüedades por paquetes completos a coleccionistas. Ahora venden piezas individuales desde hace 9 años. Su tienda, consta de 3 pasillos pequeños, los cuales están rodeados de objetos con historias de hace más de 200 años.