¿Revivir la pasión? Es posible

La rutina, la falta de imaginación y un sinnúmero de sinsabores pueden llevar a la pareja a un enfriamiento en la relación ¿Revivir la pasión? Es posible

Magdiel Torres

En estas fechas de celebrar el amor es común preguntarse qué hacer para celebrar si ya la llama no causa los incendios que provocó en un inicio. Hay muchas formas de celebrar estas fechas que, sin embargo, se han convertido también en lugares comunes como salir a cenar, bailar o realizar escapadas románticas, la pregunta aquí es ¿Revivir la pasión? Es posible

Aquí algunas ideas que podrían servir para recuperar la pasión.

Ante todo: comunicación

Antes de cualquier cosa, antes de gastar en el regalo impresionante, en la cena espectacular, en el lugar romántico salido de la novela más trillada de Corín Tellado, es preciso que exista una buena comunicación, hablar con la sinceridad y el respeto que han construido sobre las cosas que les desagradan o sobre aquello que ya les aburre o no les interesa.

Evitar los lugares comunes

Cada pareja sabe qué hace o ha hecho para conquistar al otro. Lo que es común para unos, puede ser novedoso para otros. Aquí aplica la táctica de la prueba y el error y hacer del cuerpo una bitácora de investigación.

Cada victoria cuesta

Hay que dejar la pereza de un lado. Las parejas suelen creer que se encuentran en terrenos conquistados y que ya no hay que esforzarse más. No hay que descuidar los pequeños detalles. Por ejemplo, el humor. Hay quienes creen que una risa sincera y espontánea es un orgasmo ¿Por qué no iniciar por ahí?

El coqueteo como fin, no como medio

Coquetear no tiene que llevar forzosamente al encuentro erótico. El coqueteo debe convertirse en la razón de ser de la pareja pues aligera la relación, los relaja. El enamoramiento mutuo les hará descubrir no sólo a la pareja, sino a aquellos que fueron y que siguen siendo, pero ahora con más experiencia.

El cuerpo a conquistar

No se puede obviar el contacto físico. Besar larga y pausadamente, sin tocarse, concentrarse en esa zona específica como si nada más existiera. Dedicarse un buen masaje, tocar la piel lo más suave posible: rozar, soplar, humedecer y no dejar de imaginar.

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