Exposiciones del MACQ crean conciencia sobre la realidad ecológica

‘El río y la montaña’, ‘Sobre lo natural’, ‘Quema’, ‘Decrecer’ y ‘Estaciones’ provocan en el público una reflexión sobre la situación medioambiental de la actualidad

Paulina Gámez

El pasado 29 de agosto se inauguraron en el Museo de Arte Contemporáneo Querétaro (MACQ) un conjunto de instalaciones cuyos discursos giran en torno a las problemáticas ambientales a las que el ser humano se enfrenta actualmente. Desde la contaminación del agua de los ríos e incendios forestales hasta las consecuencias medioambientales de la industria textil, por ejemplo, son algunos de los temas con los que el público podrá reflexionar.

Durante un recorrido en la planta baja de las instalaciones del MACQ, encontramos la exposición multidisciplinaria ‘El río y la montaña’, de Alejandro Uribe y Gerardo Muñoz. A través de un breve documental se proyectan los estudios científicos que se han realizado al agua que fluye en el icónico río Querétaro y expone la evidencia de que con los años, la industria lo convirtió en un vertedero de aguas negras.

Asimismo advierte sobre la escasez de agua a la que el estado de Querétaro se enfrentará en los próximos 10 años. La sala también alberga seis muestras bacteriológicas que en su momento se extrajeron del río en las que es posible observar su diversidad en formas y colores.

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Por otro lado, desde un enfoque científico y tecnológico, en las salas contiguas se encuentra la exposición ‘Sobre lo natural’, del colectivo Taller 30, que muestra la crudeza de la destrucción de los ecosistemas y la contaminación que generan las industrias en ríos y lagos.

Respecto a los incendios intencionales de pastizales, la exposición ‘Quema’, de Henry Fork, expone las graves consecuencias para la vida de la flora y fauna en peligro de extinción. Dentro de un cuarto oscuro es posible observar a una ardilla totalmente calcinada mientras de fondo se escucha el sonido del fuego consumiendo lo que hay a su alrededor.

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A diferencia de las muestras anteriores, hay una que produce un sonido casi ‘melódico’ sobre la temática general de la exposición, pues ‘Bio-Sonot’ es un instrumento que traduce a sonido los niveles de contaminación de los ríos. Está compuesto de baterías biológicas que generan energía a partir del metabolismo de los microorganismos del agua contaminada. La instalación es una obra de Gilberto Esparza.

Asimismo, con ‘Decrecer’, de Lesli San Vicente, –en donde hay un objeto escultórico que pende del techo y gotea por la exposición a un colorante artificial– la autora busca retratar la contaminación de los mantos acuíferos, resultado de los procedimientos de teñido de la industria textil.

En la explicación indica que estos pigmentos, resistentes a la degradación microbiana afectan gravemente al medioambiente, así como a la salud de quienes están expuestos a sus químicos.

En las últimas salas se halla ‘Estaciones’, una muestra fotográfica de lo que el lente de Javier Hinojosa ha capturado a lo largo de tres décadas en parques nacionales y reservas de la biósfera de diversos países de Latinoamérica. Los visitantes apreciarán paisajes, volcanes, lagos, vegetación y cascadas de países como México, Costa Rica, Guatemala, Argentina y Chile.

AMIP.