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Laura Esquivel relanza historia, ahora en novela gráfica

Foto: Especial
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La novela ‘A Lupita le gustaba planchar’ vuelve a los estantes de las librerías, pero con la historia a través de las ilustraciones de Jordi Castells AP La escritora mexicana Laura Esquivel imaginó su novela ‘A Lupita le gustaba planchar’ como un diagrama visual y por eso le pidió a su sobrino, Jordi Castells, que … Leer más

La novela ‘A Lupita le gustaba planchar’ vuelve a los estantes de las librerías, pero con la historia a través de las ilustraciones de Jordi Castells

AP

La escritora mexicana Laura Esquivel imaginó su novela ‘A Lupita le gustaba planchar’ como un diagrama visual y por eso le pidió a su sobrino, Jordi Castells, que le ayudara a dibujar a los personajes de esta historia de suspenso sobre una policía testigo del asesinato de un funcionario.

Esquivel publicó la novela sin ilustraciones en 2014, pero no abandonó la idea de verla traducida a imagen. Ahora, cinco años después de la edición original, presenta su historia como novela gráfica.

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Algunos pasajes se abreviaron o se retiraron. Otros elementos, como las emociones de Lupita, se intensificaron gracias a los dibujos de Castells.

Además de planchar, a Lupita le gusta analizar qué tipo de ropa interior lleva la gente, tomar alcohol y bailar, pero también vive con el recuerdo de un pasado doloroso como víctima de abuso sexual, lo que la lleva a tener una necesidad de sanar. Esquivel entiende su historia como una batalla entre la luz y la oscuridad.

Ella, tratando de escapar de esta conciencia, cae en el alcoholismo, en las drogas, y eso no hace más que agudizar su problema. Es una mujer que está enojada… y que también reacciona de repente violentamente, pero eso no la alivia”, dijo Esquivel. “Es finalmente hasta que ella es capaz de hacer todo un trabajo interno y es, a través de otras mujeres en una comunidad indígena, que ella recupera el contacto con una tradición milenaria y se le abre un mundo de sanación”.

Esquivel confía en que, como Lupita comenzó a sanar, México lo hará también: “Ella tuvo que hacer ese trabajo interno y nosotros lo tenemos que hacer también”.

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La escritora, cuyas populares historias como ‘Como agua para chocolate’, ‘El diario de Tita’ y ‘Mi negro pasado’ se caracterizan por tener protagonistas femeninas, no se identifica como feminista. Dice que en cambio le gustaría ver una unión entre hombres y mujeres para solucionar problemas globales.

El mismo concepto de feminismo y machismo habla de separación y la única forma en que uno puede encontrar la paz, la dicha y la armonía es cuando trasciendes este mundo de separación”, dijo la autora de 68 años. “Tendríamos que estar hablando de humanismo, en donde estemos los dos incluidos, porque tanto hombres como mujeres nos está afectando esta crisis global, la crisis ecológica, y vamos a tener que enfrentarla hombres y mujeres”.

AMIP.

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