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Rubén González, el caricaturista de El Pueblito

El caricaturista Rubén González / Fotos: María Morote
El caricaturista Rubén González / Fotos: María Morote

Más de 60 personajes de madera narran la historia local y nacional en el museo que se inauguró la pasada semana en la casa del dibujante queretano María Morote “Nunca me imaginé hacer esto. Yo quería hacer lo que un caricaturista plasma en los cartones: calaveras. Pienso que esto llegó por una necedad. La motivación … Leer más

Más de 60 personajes de madera narran la historia local y nacional en el museo que se inauguró la pasada semana en la casa del dibujante queretano

María Morote

“Nunca me imaginé hacer esto. Yo quería hacer lo que un caricaturista plasma en los cartones: calaveras. Pienso que esto llegó por una necedad. La motivación fue que en el Diccionario de la Caricatura Mexicana aparece un caricaturista de Michoacán, él era también escultor. Hacía sus pinturas pero en cera”, comenta Rubén González.

El caricaturista y escultor autodidacta inauguró el pasado miércoles el museo que lleva su nombre en El Pueblito, municipio de Corregidora. En la planta baja de su casa reúne más de 60 figuras que aluden a tradiciones y personajes de la política, la religión y el arte, elaboradas desde el año 2000.

Rubén González empieza su carrera en el periodismo como dibujante de cartones en el Diario de Querétaro y recibe en 1989 el Premio Nacional de Periodismo. A raíz de este reconocimiento comienza a colaborar con El Universal durante el mandato de Salinas de Gortari pero no deja de publicar en el periódico de Querétaro.

Comenta que en aquellos inicios ya pertenecía a la Sociedad Mexicana de Caricaturistas y es entonces cuando comienza a interesarse por plasmar sus cartones en otro material: “Por ejemplo, Helio Flores como hobby toca el saxofón, otros caricaturistas son rocanroleros, otros escultores de profesión. ¿Por qué no tratar de hacer los cartones de madera?”.

González es pura humildad y así continúa esculpiendo a sus personajes, de manera sencilla, sin taller, con madera que consigue en el mismo Pueblito, a veces, de sus vecinos. Tampoco tiene herramientas: el 60% del proceso lo realiza con un cúter.

“No es una cosa muy complicada para mí, ya que tampoco tengo estudios de pintura. Utilizo pintura acrílica. Pues como nos da a entender pintamos. Académicamente estudié en la escuela de Bellas Artes, nada más un año preparatorio. Todos los caricaturistas creo que así empiezan, viendo lo que hacen los periódicos. Ahora no, los nuevos caricaturistas en el Museo de Caricatura dan cursos a los jóvenes. Nosotros batallamos más”, añade.

Rubén nos muestra la primera calavera que talló. En esos tiempos en los que algunas piezas “aún no salían” ya publicaba sus cartones en los espacios de Rogelio Naranjo y de Helio Flores, caricaturistas que nombra como sus preferidos junto con El Fisgón y los colaboradores de la revista El Chamuco.

El dibujante dice no tener personajes ni temas predilectos, mientras saca a Trump con su famoso muro de la vitrina para que lo apreciemos mejor. Además de sus calaveras y dibujos, están el Che Guevara, Gandhi, Octavio Paz, Sadam Hussein, López Obrador, Vicente Fernández o Frida Kahlo. Actualmente está preparando la escultura de Diego Prieto, director del INAH, con el que además tiene amistad. 

“Esto es muy difícil, dicen que hay un caricaturista por cada millón de habitantes. Por llenar un espacio en el periódico nomás me aguantaron. El resultado de dejar El Universal no sé si fue para bien o para mal pero es este. Como me dijo uno de los jefes del periódico: este trabajo, para tener éxito debe ser constante. Así lo entendí. Solamente con la constancia puede uno tener un estilo propio”, concluye González.

Todo un testimonio de la historia de México y el mundo, el Museo Rubén González se encuentra en la calle Fray José Bermúdez 51 de El Pueblito y abre de miércoles a domingo, de 10 a 16 horas. La entrada es gratuita y, con suerte, podrán encontrar allí al mismo Rubén. 

MMM

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