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La vida en el extranjero en tiempos de COVID-19: Mexicanos en Nueva Zelanda

Carolina Sánchez y Miguel Hernández son una joven pareja de mexicanos que se mudaron a Nueva Zelanda (NZ) hace poco más de dos años, país que los acogió con los brazos abiertos y donde han logrado desarrollarse de manera personal y profesional. Sin embargo la pandemia por el nuevo coronavirus, al igual que a todas … Leer más

Carolina Sánchez y Miguel Hernández son una joven pareja de mexicanos que se mudaron a Nueva Zelanda (NZ) hace poco más de dos años, país que los acogió con los brazos abiertos y donde han logrado desarrollarse de manera personal y profesional.

Sin embargo la pandemia por el nuevo coronavirus, al igual que a todas las personas, los tomó por sorpresa y su vida dio un giro de 360º. Ante la incertidumbre de qué es lo que sucedería con su situación migratoria, descubrieron que el gobierno de dicho país ha brindado apoyo no solo a los connacionales, sino también a los extranjeros. Esta ayuda les ha permitido a los residentes de la isla continuar con su vida sin tantas complicaciones.

Carolina considera que el gobierno de NZ ha hecho una muy buena labor, pues actuó de manera rápida y precisa contra la pandemia, Y recuerda que la fase 1 fue cuando se dieron casos de coronavirus importados, mientras que la fase 2 inició, cuando los contagios comenzaron entre personas que no habían salido del país, fue entonces cuando la nación decidió cerrar sus fronteras y solo permitir el ingreso de residentes.

En esta fase las empresas organizaron charlas con sus trabajadores, a quienes orientaron sobre lo que podría suceder a continuación, trabajo desde casa, reducción de salarios y suspensión de días de vacaciones.

Sánchez, quien trabaja en una mueblería especializada en decoración de interiores, recuerda que tan solo dos días después de que tuvo su junta de trabajo para discutir las implicaciones del coronavirus, inició la fase 3, en la que el gobierno dio un periodo de 48 horas a todas las empresas para que se prepararan para cerrar durante un mes.

“Todo sucedió de manera muy veloz, no paso mucho tiempo para que la fase 1 de la contingencia se convirtiera en fase 4, lo que quiere decir que hay un encierro total y sólo están abiertas las tienditas, supermercados y farmacias, así como los hospitales”, narra la mexicana.

A ambos paisanos les sorprendió mucho la solidaridad de todas las personas durante la fase 3, pues restaurantes y cafeterías donaron todos sus alimentos a la comunidad. Además las personas entendieron rápidamente que la enfermedad era cosa seria y también se prepararon para el aislamiento.

La fase 4 consiste en que todas las personas deberán de permanecer en sus hogares, y solo pueden salir a los parques a realizar ejercicio (siempre y cuando mantengan una distancia adecuada), o a lugares esenciales, como tienditas y supermercados.

Además, cuando se trata de hacer las compras de víveres hay algunas restricciones y reglas. Hay filas especiales para ingresar a las tiendas y sólo puede entrar una persona, la compra de algunos productos es limitada (para evitar el desabasto), y se debe de pagar con tarjeta. En cuanto a las tienditas el paso está prohibido y es la cajera quien se encarga de traer los productos que las personas necesitan.

“Todas las personas son muy respetuosas con mantener su distancia, nunca hemos tenido un problema”.

En cuanto a servicios de entrega de comida (como Uber y Rappi) estos también fueron suspendidos, y apenas hace una semana se activaron las entregas a domicilio para artículos esenciales como medicina y ropa para frío, pues el invierno está próximo a comenzar en el hemisferio sur.

Cabe mencionar que hay personal de policía trabajando de manera continua para asegurarse de que las personas que salen de sus hogares se encuentran sanas, y ayudar en todo momento a quienes lo necesiten. Además están prohibidas las aglomeraciones de más de 5 personas, y quienes no cumplan con las normas se hacen acreedores a una multa o hasta 6 meses de cárcel.

Uno de los problemas a los que se enfrentaron los mexicanos fue al cierre de las oficinas de migración, Miguel cuenta con una visa de trabajo, mientras que Carolina tiene una visa de estudiante, la cual le permite estudiar y trabajar un número reducido de horas, sin embargo, antes de que iniciara la pandemia, Sánchez se encontraba realizando trámites para una visa de trabajo, pues el documento que le permitía estar en el país expiraría pronto. Para su sorpresa el gobierno decidió darle una extensión hasta septiembre, por lo que sus trámites dejaron de ser urgentes.

“Con las oficinas de migración cerradas no podía hacer mis trámites, lo bueno fue que a todos los estudiantes cuya visa iba a expirar en abril les dieron una extensión hasta septiembre, porque ya me estaba temiendo que tendría que volver a México”.

El segundo problema fue que Carolina se quedaría sin paga durante la cuarentena, sin embargo el gobierno ha dado apoyos e incentivos a las empresas, lo que se tradujo en que ahora perciba 80 por ciento de lo que ganaba.

“Con 80 por ciento de mi salario, nuestra economía familiar no se ve comprometida, porque ahorita no estamos gastando mas que en comida, renta y el pago de los servicios; algunos de los cuales también cuentan con incentivos, por ejemplo, nosotros solemos pagar por el internet 85 dólares neozelandeses (alrededor de mil 300 pesos mexicanos) de manera mensual, y esta última factura nos llegó por 13 dólares (casi 200 pesos)”.

Ahora solo queda esperar a que las autoridades de la isla anuncien nuevas medidas el 20 de abril, se espera que Nueva Zelanda pase a una fase de alerta 3, lo que significa que ahora permitirán a los residentes salir a nadar, practicar surf y pescar (solo desde la costa). Se permitirán también algunos eventos como funerales y bodas, siempre y cuando no haya más de 10 personas congregadas.

Aunque algunas personas podrán regresar a trabajar y de igual manera los estudiantes podrán volver a sus centros educativos, el gobierno ha pedido que quienes puedan trabajar o estudiar desde casa así lo hagan.

Mientras tanto Miguel y Carolina continúan cuidándose y desean que este trago amargo pase pronto.

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