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Las mujeres de color, las más desempleadas en la pandemia

El desempleo en servicios y educación han golpeado a 156 mil personas del sexo femenino, en especial a las de color./Foto: Cuartoscuro
El desempleo en servicios y educación han golpeado a 156 mil personas del sexo femenino, en especial a las de color./Foto: Cuartoscuro

La crisis económica que ha desencadenado el coronavirus revela que las desigualdades de género y clase no han sido eliminadas Diane Coyle/New York Times Durante años, la historia de las mujeres que trabajan en Estados Unidos ha avanzado a paso lento, pero constante. Con este telón de fondo, las últimas cifras mensuales de empleo de … Leer más

La crisis económica que ha desencadenado el coronavirus revela que las desigualdades de género y clase no han sido eliminadas

Diane Coyle/New York Times

Durante años, la historia de las mujeres que trabajan en Estados Unidos ha avanzado a paso lento, pero constante. Con este telón de fondo, las últimas cifras mensuales de empleo de la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos produjeron una sacudida aguda.

En diciembre se perdió un total neto de 144 mil empleos, el efecto evidente de la actual crisis económica. Sin embargo, mientras el empleo entre los hombres aumentó un poco, 156 mil mujeres perdieron sus trabajos, principalmente en sectores afectados por la pandemia como el de la hospitalidad y la educación. Además, debido a que el empleo de las mujeres blancas aumentó, en términos netos, estas pérdidas cayeron sobre las mujeres de color.

Este es el flagelo de la pandemia: está asestando varios golpes a quienes son menos capaces de soportarlos, por lo que crecen las desigualdades que tienen su origen en el género, la clase y la raza.

 

 

Millones de mujeres sostienen la economía de Estados Unidos

 

En décadas recientes, las mujeres en la fuerza laboral habían estado en ascenso. A finales de la década de 1980, el salario de las mujeres aumentó, en promedio, de unos 62 centavos por cada dólar ganado por los hombres a 81 centavos.

Para inicios de 2020, su participación en la fuerza laboral aumentó poco más de un 50 por ciento, en comparación con un 44 por ciento en 1972. Un 59 por ciento de las mujeres negras tiene trabajo, una cifra superior al 49 por ciento de comienzos de la década de 1970. De manera similar, el 58 por ciento de las mujeres hispanas trabaja, en comparación con el 41 por ciento en 1972.

No obstante, una sensación de precariedad siempre amenazó esos logros.

Para entender por qué, los estadounidenses deben lidiar con el enorme sesgo de género que hay en la fuerza laboral por naturaleza. Incluso en tiempos más estables, los empleos que solían realizar las mujeres tenían el estatus más bajo y los peores salarios.

Por ejemplo, las mujeres representan alrededor de tres cuartas partes de los trabajadores en el sector educativo y una mayoría en el de los servicios de alimentos. Las cifras de diciembre para estos sectores fueron impactantes: se eliminaron 62 mil 500 puestos de empleo en los servicios educativos, mientras que los servicios de alimentos perdieron la gigantesca cantidad de 372 mil empleos.

Es poco probable que se reduzcan estas pérdidas. Mientras tanto, casi tres cuartas partes de las personas que ganaron el salario mínimo o menos en 2019 trabajaron en servicios, principalmente en la preparación y servicios de alimentos, a los cuales la pandemia ha afectado más severamente.

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