Piden producir vacunas contra la COVID-19 a gran escala
Expertos en epidemiología consideran que el gobierno de EUA debería replicar el Plan que implementó contra el Sida, pero ahora para producir vacunas y así podría acelerar la aplicación a nivel mundial New York Times La pandemia de COVID-19 ha sido mal manejada durante meses. Ahora las vacunas están aquí, pero son escasas. La mayoría … Leer más
Expertos en epidemiología consideran que el gobierno de EUA debería replicar el Plan que implementó contra el Sida, pero ahora para producir vacunas y así podría acelerar la aplicación a nivel mundial
New York Times
La pandemia de COVID-19 ha sido mal manejada durante meses. Ahora las vacunas están aquí, pero son escasas. La mayoría de los estadounidenses esperarán meses para vacunarse, y los países más pobres están luchando para encontrar alguna vacuna disponible.
El presidente electo Joe Biden podría resolver la escasez de vacunas en Estados Unidos y en el mundo usando una estrategia inspirada en la que usó para enfrentar la crisis del sida.
Hace casi dos décadas, Anthony Fauci, que entonces llevaba casi veinte años como director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, ayudó a convencer al presidente George W. Bush para que estableciera el Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA (PEPFAR, por su sigla en inglés).
El objetivo era asegurar que las personas de países con recursos limitados pudieran obtener medicamentos para tratar el VIH. PEPFAR ha recibido un apoyo bipartidista constante y está reconocido como una de las iniciativas de salud mundial más exitosas, responsable de salvar un estimado de 18 millones de vidas hasta la fecha, según el gobierno de Estados Unidos.
Biden podría ayudar a abordar el urgente desafío de salud mundial en la actualidad al establecer el Plan de Emergencia del Presidente para el Acceso y el Alivio en Materia de Vacunas (PEPVAR, por su sigla en inglés) y construir rápidamente instalaciones para fabricar vacunas y sus componentes a escala.
La fabricación podría coordinarse utilizando un modelo similar al que usaron los laboratorios nacionales del Departamento de Energía, en el que una instalación de propiedad gubernamental es operada por una organización privada con experiencia en el sector pertinente.
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En lugar de depender de las cadenas de suministro de Pfizer y Moderna, que están al límite, Estados Unidos podría crear más capacidad de fabricación a través de asociaciones público-privadas.
El primer objetivo del PEPVAR debería ser apoyar la producción de suficientes dosis para vacunar a todo el mundo en un año. La creación de esas dosis para una vacuna de ARNm como la de Moderna costaría menos de 4 mil millones de dólares —eso es menos de lo que el gobierno estadounidense ya gasta cada día en el alivio para la COVID-19 con un costo de casi 2 dólares por dosis.
Por supuesto, hacer las vacunas es solo el primer paso: PEPVAR también debe proporcionar a los países, incluido el nuestro, los recursos necesarios para distribuir y entregar las vacunas con gran urgencia.
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