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Cambio climático en California, arrasado por los incendios

Cambio climático en California, arrasado por los incendios
Cambio climático en California, arrasado por los incendios

Cambio climático causa que la crisis que alberga California sea una suma de catástrofes individuales y un ejemplo de un efecto de cascada Thomas Fuller y Christopher Flavelle Varios megaincendios queman más de un millón de hectáreas. Millones de residentes asfixiados por el aire tóxico. Apagones continuos y olas de calor de temperaturas altísimas. El cambio … Leer más

Cambio climático causa que la crisis que alberga California sea una suma de catástrofes individuales y un ejemplo de un efecto de cascada

Thomas Fuller y Christopher Flavelle

Varios megaincendios queman más de un millón de hectáreas. Millones de residentes asfixiados por el aire tóxico. Apagones continuos y olas de calor de temperaturas altísimas. El cambio climático, en palabras de un científico, le está dando una bofetada a California.

La crisis que enfrenta el estado más poblado de la nación es más que una mera acumulación de catástrofes individuales. También es un ejemplo de algo que les ha preocupado a los expertos del clima desde hace mucho pero que pocos esperaban ver tan pronto: un efecto en cascada en el que una serie de desastres se traslapan, detonándose o amplificándose entre sí.

“Se están cayendo las piezas de dominó de maneras que los estadounidenses no han imaginado”, dijo Roy Wright, quien dirigió programas de resiliencia para la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por su sigla en inglés) hasta 2018 y creció en Vacaville, California, cerca de uno de los incendios más grandes de este año. “Es apocalíptico”.

Lo mismo se podría decir de toda la costa oeste del país esta semana, hasta Washington y Oregon, donde pueblos se vieron diezmados por el fuego mientras los bomberos lo combatían al límite de sus capacidades.

Las crisis simultáneas de California son un ejemplo de cómo funciona la reacción en cadena. Un verano sofocante derivó en condiciones de sequía que jamás se habían experimentado. La aridez ayudó a que los incendios forestales de la temporada fueran los más grandes que se hayan registrado. Seis de los 20 incendios forestales más grandes en la historia moderna de California han ocurrido este año.

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Si el cambio climático era un concepto abstracto hace una década, ahora es demasiado real para los californianos. Los intensos incendios forestales están desplazando a miles de personas de sus hogares y provocando que químicos peligrosos se filtren en el agua potable.

Las advertencias excesivas respecto al calor y el aire asfixiante lleno de humo han amenazado la salud de personas que ya están batallando durante la pandemia. Además, la amenaza de más incendios forestales lleva a las aseguradoras a cancelar las pólizas de propietarios de vivienda y a los principales proveedores de servicios públicos del estado a cortar el suministro de electricidad para decenas de miles de personas con fines preventivos.

Si no creen en el cambio climático, vengan a California”, dijo el gobernador Gavin Newsom el mes pasado. Los climatólogos dijeron que el mecanismo detrás de la crisis de incendios forestales es simple: el comportamiento humano, sobre todo, la quema de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo, ha liberado gases de efecto invernadero que elevan las temperaturas, lo cual seca los bosques y los predispone a incendiarse.

Mark Harvey, quien fue director sénior de resiliencia en el Consejo de Seguridad Nacional hasta enero, dijo que al gobierno se le ha dificultado prepararse para situaciones como la que se está viviendo en California. “El gobierno tiene un desempeño muy muy deficiente en cuanto a los efectos en cadena”, afirmó Harvey. “La mayoría de nuestros sistemas están diseñados para lidiar con un problema a la vez”.

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De cierto modo, los incendios forestales de este año en California llevan décadas gestándose. Una sequía prolongada que terminó en 2017 fue una de las principales causas de muerte para 163 millones de árboles en los bosques de California en la última década, de acuerdo con el Servicio Forestal de Estados Unidos. Uno de los incendios que se propagó con más velocidad este año devastó los bosques que tenían la concentración más alta de árboles muertos, al sur del Parque Nacional de Yosemite.

Más al norte, el Bear Fire (incendio del oso) se convirtió en el décimo incendio más grande en la historia de California, pues arrasó con la impactante cantidad de 93.077 hectáreas en un periodo de 24 horas.

Es realmente impresionante ver la cantidad de incendios enormes y destructivos que se propagan con tanta rapidez y suceden al mismo tiempo”, dijo Daniel Swain, climatólogo del Instituto del Medioambiente y Sustentabilidad en la Universidad de California en Los Ángeles. “He hablado con casi treinta expertos en incendios y climatología en las últimas 48 horas, y casi todos se han quedado sin palabras. Sin duda, no se ha vivido algo de esta magnitud en los últimos tiempos”.

Mientras el estado se moviliza para lidiar con las amenazas inmediatas, los incendios también dejarán al estado con problemas difíciles y costosos a largo plazo, desde los efectos de inhalar humo hasta el daño a los sistemas de agua potable.

El humo proveniente de un incendio forestal puede ser mortal, en el peor de los casos, sobre todo para las personas mayores. Hay estudios que demuestran que cuando llegan las olas de calor, la tasa de hospitalizaciones se eleva, y los pacientes experimentan problemas respiratorios, paros cardiacos y derrames cerebrales.

La pandemia de coronavirus añade una nueva capa de riesgo a una situación que de por sí es peligrosa. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han emitido comunicados que advierten que las personas con COVID-19 están en mayor riesgo de verse afectados por el humo de los incendios forestales durante la pandemia.

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