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Científicos temen que surja un nuevo brote de coronavirus

Científicos temen que surja un nuevo brote de coronavirus/ Foto: AP
Científicos temen que surja un nuevo brote de coronavirus/ Foto: AP

Muchos científicos dicen que es posible que la temida “segunda ola” de contagios de coronavirus no espere hasta el otoño de este año Donald G. McNeil Jr. Millones de trabajadores y propietarios de pequeñas empresas que no pueden tener ingresos mientras están resguardados en sus casas, se enfrentan a la ruina económica. Así que, con … Leer más

Muchos científicos dicen que es posible que la temida “segunda ola” de contagios de coronavirus no espere hasta el otoño de este año

Donald G. McNeil Jr.

Millones de trabajadores y propietarios de pequeñas empresas que no pueden tener ingresos mientras están resguardados en sus casas, se enfrentan a la ruina económica. Así que, con el fin de atenuar el problema, decenas de estados están flexibilizando el confinamiento, sin embargo muchos científicos aseguran que exista una “segunda ola” de contagios.

La mayoría ni siquiera ha cumplido con los requisitos mínimos para hacerlo de manera segura, y algunos están reactivándose, aunque siguen aumentando los casos de coronavirus, lo cual es una receta para el desastre. Muchos científicos dicen que es posible que la temida “segunda ola” de contagios no espere hasta el otoño, sino que podría convertirse en una tormenta de pequeñas olas que azoten de manera impredecible a todo el país.

No obstante, continuará la reanudación de actividades. Según los científicos, ahora el tema es si el país puede reducir el daño al mínimo con la adopción inteligente de nuevas tácticas.

Cada vez hay más indicios de que los cubrebocas, si todos los usan en lugares públicos, son mucho más eficaces para detener la transmisión de lo que antes se decía. Los exámenes siguen siendo totalmente inadecuados en todo el país, pero pruebas de uso casero como las de hisopado nasal y las de saliva pueden ofrecer una idea más clara de dónde está el virus.

Los estadounidenses hacen fila para obtener las pruebas de anticuerpos que podrían revelar quiénes tienen cierta inmunidad. Los estudios iniciales (pero aún controvertidos) indican que quizás haya más estadounidenses con anticuerpos de lo que se pensaba al principio.

Los empleadores se están dedicando a diseñar lugares de trabajo más seguros. Se ha encontrado un tratamiento antiviral moderadamente eficaz y los laboratorios de todo el mundo están buscando una vacuna a una velocidad sin precedentes.

Pero, aunque todavía sea posible mitigar el impacto de la reanudación de actividades, incluso esa meta es difícil para el país.

Como el clima ya es más cálido, los estadounidenses están teniendo problemas para quedarse en casa o permanecer a una distancia de dos metros en las playas concurridas, las rutas de senderismo y los parques infantiles.

Muchos se rehúsan a usar cubrebocas y los gobernadores y alcaldes han dudado si deben obligarlos a hacerlo.

Se encuentran disponibles cincuenta marcas de pruebas de anticuerpos, pero muchas son imprecisas. Muchos estados se están apresurando a hacer que los empleadores y los comerciantes creen un ambiente seguro. Además, los cierres de emergencia se han entrelazado con la política partidista y algunos extremistas libertarios, defensores del derecho a portar armas y activistas antivacunas los califican como una violación a las libertades individuales.

Los fallecimientos ya rebasaron por mucho los 60 mil previstos para agosto. Incluso el presidente Donald Trump ha comenzado a hablar de una cantidad que podría llegar a los 100 mil, o tal vez más.

Algunos modelos epidemiológicos predicen el triple de eso en pocos meses, más cerca de los 240 mil que fueron pronosticados en marzo por el equipo de trabajo de la Casa Blanca que se encarga del coronavirus, antes de que empezaran a usar un modelo más optimista.

No estamos reanudando las actividades con bases científicas”, señaló Thomas R. Frieden, quien fue director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) durante el gobierno de Obama. “Estamos reiniciando por cuestiones políticas, ideológicas y por la presión de la población. Y no creo que esto termine bien”.

Todo bien, al principio

Los efectos de la reactivación no se verán de inmediato y, a falta de pruebas generalizadas, será difícil saber cómo está el país en la lucha contra el virus.

Los recién contagiados tardan de dos a tres semanas en enfermarse de gravedad y requerir hospitalización.

“Me preocupa que en esos estados donde se reanudarán las actividades muy pronto, la gente se quede en casa lo suficiente como para evitar una segunda ola inmediata. Otros estados podrían ver eso y sacar conclusiones equivocadas”, comentó Leana Wen, excomisionada de salud de Baltimore.

Se ha comprobado la eficacia del distanciamiento social para frenar la transmisión del virus en los lugares donde se adoptó. Pero ahora, incluso los neoyorquinos, que estaban aterrados y que se encuentran en el epicentro del brote, ya se están cansando de esa medida.

A nivel nacional, todos los días se siguen confirmando unos 25 mil casos nuevos de COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus.

La mayoría de los requisitos para reanudar las actividades establece que en un estado debe presentarse una disminución de casos al menos durante catorce días, antes de siquiera considerar la reactivación. Casi ninguno de los estados que ahora están reiniciando actividades ha cumplido con ese criterio básico.

The New York Times/FOR

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