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¿Por qué el virus arrasa en algunos lugares y en otros no?

Difícil de entender: Pedro Jáuregui
Difícil de entender: Pedro Jáuregui

Existen estudios que analizan cómo la demografía, las enfermedades existentes y la genética podrían afectar la variación de impacto del virus El coronavirus ha matado a tantas personas en Irán que han tenido que recurrir a los entierros en masa; pero en Irak, su país vecino, la cifra de muertos es menor de cien. República … Leer más

Existen estudios que analizan cómo la demografía, las enfermedades existentes y la genética podrían afectar la variación de impacto del virus

El coronavirus ha matado a tantas personas en Irán que han tenido que recurrir a los entierros en masa; pero en Irak, su país vecino, la cifra de muertos es menor de cien.

República Dominicana ha reportado 7 mil 600 casos de coronavirus. En Haití, al otro lado de la frontera, se han registrado alrededor de 85.

Se cree que en Indonesia han muerto miles de personas por el coronavirus, pero en Malasia, el país vecino, gracias a una cuarentena estricta, el número de casos fatales se ha mantenido en aproximadamente cien.

El coronavirus ha llegado a casi todos los países del planeta, pero parece que su impacto es caprichoso. Las metrópolis globales como Nueva York, París y Londres han sido devastadas, mientras que, hasta ahora, ciudades atestadas como Bangkok, Bagdad, Nueva Delhi y Lagos se han salvado en buena medida.

La pregunta de por qué el virus ha azotado a algunos lugares, pero no ha afectado tanto a otros es un enigma que ha generado muchas teorías y especulaciones. Sin embargo, no existen respuestas definitivas. Su conocimiento podría tener implicaciones importantes para la forma en que los países responden al virus, para determinar quién está en riesgo y para saber cuándo es seguro volver a salir.

Ya existen cientos de estudios en desarrollo en todo el mundo que analizan cómo la demografía, las enfermedades preexistentes y la genética podrían afectar la amplia variación en el impacto.

Muchos países en vías de desarrollo con clima cálido y poblaciones jóvenes se han librado de lo peor, lo que indica que podrían participar factores como la temperatura y la demografía. Pero países tropicales como Perú, Indonesia y Brasil, que están sumidos en una epidemia cada vez mayor, son como un balde de agua fría para esta idea.

Es evidente que el distanciamiento social estricto y las medidas iniciales de confinamiento han sido eficaces, pero Birmania y Camboya no impusieron ninguna de estas dos medidas y han reportado pocos casos.

Una teoría sin comprobar, pero imposible de refutar es que tal vez el virus simplemente no ha llegado aún a esos países. Parecía que Rusia y Turquía estaban bien hasta que, de pronto, ya no lo estuvieron.

En realidad, estamos en el inicio de esta enfermedad”, señaló Ashish Jha, director del Instituto de Investigación de Salud Global de Harvard. “Si esto fuera un partido de béisbol estaríamos en la segunda entrada y no hay razón para pensar que, cuando lleguemos a la novena, el resto del mundo que ahora parece no haber sido afectado, no se vuelva como otros lugares”.

Entrevistas con más de una decena de expertos en enfermedades infecciosas, funcionarios de salud, epidemiólogos y académicos de todo el mundo apuntan a cuatro factores principales que podrían ayudar a explicar dónde prospera el virus y dónde no: demografía, cultura, medio ambiente y velocidad de respuesta del gobierno.

Cada explicación posible se presenta con salvedades y refutaciones desconcertantes. Por ejemplo, si la población de la tercera edad es la más vulnerable, Japón estaría encabezando la lista, y no es así. No obstante, estos son los factores que los expertos encuentran más convincentes.

Las ventajas de la juventud

Muchos países que se han librado de la epidemia masiva tienen poblaciones relativamente jóvenes. Es más probable que los jóvenes contraigan la enfermedad de una manera leve o asintomática que sea menos transmisible a los demás, señaló Robert Bollinger, profesor de Enfermedades Infecciosas en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.

Además, según la Organización Mundial de la Salud, tienen menos probabilidades de presentar ciertos problemas de salud que puedan hacer que la COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, sea especialmente mortal.

África —con alrededor de 45 mil casos reportados, una pequeñísima proporción de sus mil 300 millones de habitantes— es el continente más joven, donde más del 60 por ciento de su población tiene menos de 25 años. En Tailandia y Nayaf, Irak, los funcionarios locales de salud descubrieron que el grupo de entre 20 y 29 años tenía la tasa más alta de infección, pero que casi siempre sus síntomas eran leves.

Por el contrario, el promedio de edad en Italia a nivel nacional, uno de los países más afectados, es de más de 45 años. La edad promedio de quienes fallecieron ahí por COVID-19 es de alrededor de 80 años.

Existe una tendencia a que la gente más joven tenga sistemas inmunitarios más fuertes, lo que puede dar como resultado que presenten síntomas más leves, afirmó Josip Car, experto en población y salud global de la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur.

The New York Times/FOR

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