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El jabón y su gran poder destructivo contra miles de bacterias

Foto: AP. El jabón y su gran poder destructivo contra miles de bacterias
Foto: AP. El jabón y su gran poder destructivo contra miles de bacterias

Una gota de este diluida en agua mata a muchos tipos de virus, incluyendo al nuevo coronavirus Ferris Jabr Probablemente comenzó con un accidente hace miles de años. De acuerdo con una leyenda, la lluvia arrastró la grasa y las cenizas de los frecuentes sacrificios de animales a un río cercano, en donde formaron una … Leer más

Una gota de este diluida en agua mata a muchos tipos de virus, incluyendo al nuevo coronavirus

Ferris Jabr

Probablemente comenzó con un accidente hace miles de años. De acuerdo con una leyenda, la lluvia arrastró la grasa y las cenizas de los frecuentes sacrificios de animales a un río cercano, en donde formaron una espuma con una sorprendente capacidad para limpiar la piel y la ropa.

Tal vez la inspiración tuvo un origen vegetal en las soluciones espumosas producidas al hervir y moler ciertas plantas. Sin importar cómo ocurrió, el antiguo descubrimiento del jabón alteró la historia humana. Aunque nuestros ancestros no pudieron haberlo previsto, el jabón se convertiría en una de nuestras defensas más efectivas contra los patógenos invisibles.

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Las personas piensan en el jabón como algo suave y relajante, pero desde la perspectiva de los microorganismos, a menudo es extremadamente destructivo. Una gota de jabón común diluida en agua mata a muchos tipos de bacterias y virus, incluyendo al nuevo coronavirus que se propaga alrededor del mundo. El secreto del impresionante poder del jabón es su estructura híbrida.

El jabón está hecho de moléculas en forma de alfiler, cada una de las cuales tiene una cabeza hidrofílica –se enlaza fácilmente con agua– y una cola hidrofóbica, que evita el agua y prefiere vincularse con aceites y grasas. Estas moléculas, cuando están suspendidas en el agua, flotan de manera alterna como unidades solitarias, interactúan con otras moléculas en la solución y se ensamblan a sí mismas en pequeñas burbujas llamadas micelas, con cabezas que apuntan hacia afuera y colas que permanecen en el interior.

Algunas bacterias y virus tienen membranas lipídicas que asemejan micelas de doble capa con dos bandas de colas hidrofóbicas intercaladas entre dos anillos de cabezas hidrofílicas. Estas membranas están cubiertas con proteínas importantes que permiten a los virus infectar a las células y desempeñar tareas vitales que mantienen vivas a las bacterias.

Los patógenos envueltos en membranas lipídicas incluyen a los coronavirus, el VIH, así como a los virus que causan hepatitis B y C, herpes, Ébola, zika, dengue y numerosas bacterias que atacan los intestinos y el tracto respiratorio.

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Al lavarse las manos con agua y jabón, se rodea cualquier microorganismo de tu piel con moléculas de jabón. Las colas hidrofóbicas de las moléculas de jabón que flotan libremente intentan evadir el agua. En el proceso, se introducen en las envolturas lipídicas de ciertos microbios y virus, y la abren a la fuerza.

Actúan como palancas y desestabilizan todo el sistema”, dijo el profesor Pall Thordarson, director interino de Química en la Universidad de Nueva Gales del Sur. Las proteínas esenciales se derraman de las membranas rotas en el agua que las rodea, matando a las bacterias e inutilizando a los virus.

En tándem, algunas moléculas de jabón interrumpen los enlaces químicos que permiten a las bacterias, los virus y la mugre adherirse a las superficies, sacándolos de la piel. Las micelas también se pueden formar alrededor de partículas de suciedad, así como fragmentos de virus y bacterias, al suspenderlos en jaulas flotantes. Cuando te enjuagas las manos, todos los microorganismos que han sido dañados, atrapados y matados por las moléculas de jabón son arrastrados por el agua.

Al considerar todos los factores, los desinfectantes para manos no son tan confiables como el jabón. Los desinfectantes con al menos el 60 por ciento de etanol actúan de manera similar, al derrotar a las bacterias y a los virus mediante la desestabilización de sus membranas lipídicas.

Sin embargo, no pueden remover fácilmente los microorganismos de la piel. También hay virus que no dependen de membranas lipídicas para infectar las células, así como bacterias que protegen sus delicadas membranas con escudos resistentes de proteína y azúcares.

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Los ejemplos incluyen a las bacterias que pueden causar meningitis, neumonía, diarrea e infecciones de la piel, al virus de la hepatitis A, el de la polio, así como los rinovirus y los adenovirus (causantes frecuentes del resfriado común).

El lavado con agua y jabón es una de las prácticas claves de la salud pública que puede lentificar de manera significativa la tasa de contagio de una pandemia y limitar el número de infectados, lo que evita una sobrecarga desastrosa a los hospitales y las clínicas. Sin embargo, la técnica solo funciona si cada persona lava sus manos de manera frecuente y exhaustiva: genera una buena espuma, tállate las palmas y el dorso, frota tus dedos intercalándolos entre ellos, talla las puntas de los dedos contra las palmas y gira un puño jabonoso alrededor de tus pulgares.

AMIP.

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