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Nombrar ‘virus de Wuhan’ a COVID-19 implica un estigma

Foto: Archivo / Solo 12% de capitalinos no cree en a Covid-19
Foto: Archivo / Solo 12% de capitalinos no cree en a Covid-19

El debate sobre el racismo, el COVID-19 y la política partidista es el tipo de polémica geopolítica que los funcionarios de salud han tratado de evitar Katie RogersH El nombre COVID-19 era clínico e indescriptible, y exactamente eso era lo que buscaba la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuando lo anunció con la finalidad … Leer más

El debate sobre el racismo, el COVID-19 y la política partidista es el tipo de polémica geopolítica que los funcionarios de salud han tratado de evitar

Katie RogersH

El nombre COVID-19 era clínico e indescriptible, y exactamente eso era lo que buscaba la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuando lo anunció con la finalidad de evitar la estigmatización del sitio donde se originó. Sin embargo, un mes después, la terminología recomendada para el nuevo coronavirus no se ha extendido a todos los rincones de la política.

Algunos políticos y funcionarios conservadores, incluido el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, se están refiriendo a la enfermedad como ‘virus de Wuhan’, un término que principalmente proliferaba en los sitios informativos y los comentarios antes de que el virus tuviera un nombre oficial.

Tom Cotton, senador republicano por Arkansas, ha usado el término con frecuencia en la Cámara Alta de Estados Unidos y el lunes pasado por la noche, el representante Kevin McCarthy de California, líder minoritario de la Cámara de Representantes, fue criticado por calificar a la enfermedad como ‘el coronavirus chino’ en un tuit. El representante Paul Gosar, republicano de Arizona, también usó ese término cuando anunció que él y varios miembros del personal estuvieron en contacto con una persona que asistió a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por su sigla en inglés) y dio positivo por el virus.

Estoy anunciando que yo y tres miembros de mi personal sénior estamos oficialmente en cuarentena autoimpuesta después de haber estado en contacto, en el CPAC, con una persona que ha sido hospitalizada con el virus de Wuhan”, escribió Gosar en Twitter. “Mi oficina estará cerrada durante la semana”.

Tras el anuncio, surgió una oleada de críticas en línea que decían que su comentario era xenófobo y racista, y que asociar la geografía a un virus que se detectó por primera vez en Wuhan, China, provocará una estigmatización continua de los habitantes de esta nación. Entre los críticos se encontraba el representante Ted Lieu, demócrata por California, quien tuiteó el lunes pasado que el término era “un ejemplo de la miopía que permitió” que el virus se propagara en los Estados Unidos.

El debate sobre el racismo, el coronavirus y la política partidista ha empeorado en las últimas horas, y es precisamente el tipo de polémica geopolítica que los funcionarios de salud han tratado de evitar desde que, en 2015, implementaron directrices más estrictas para nombrar a los virus.

Esta es la consecuencia que ellos querían evitar si lo hubieran llamado el ‘virus de Wuhan’”, dijo en una entrevista Frank Snowden, profesor emérito de Historia e Historia de la Medicina en la Universidad de Yale.

Sobre los políticos que usan el término, agregó: “Creo que en realidad es algo bastante agresivo y con una carga muy política. Imagino que las personas que todavía lo usan lo están haciendo de una manera muy cargada y étnica, y creo que eso se asocia principalmente con personas de la derecha política. Eso muestra exactamente la sabiduría que conlleva cuando nos referimos a algo de manera científica y fáctica”.

EL REPARTO DE CULPAS

A lo largo de la historia moderna se han producido intentos de culpar a un determinado lugar o personas frente a alguna alerta de salud global, y es un fenómeno del que los funcionarios de salud pública han tratado de protegerse en los últimos años.

Durante este brote, Gosar y los miembros de su personal del Congreso han sido agresivos al rechazar las críticas sobre su uso del término ‘virus de Wuhan’. También han compartido capturas de pantalla de los artículos de noticias que lo usaron en titulares, durante las semanas previas a que el virus recibiera un nombre oficial.

 

Las únicas personas que parecen indignadas por el término ‘virus de Wuhan’ son aquellas cuyo objetivo principal es continuar politizando el brote”, escribió Ben Goldey, secretario de Prensa del congresista, en un correo electrónico enviado el lunes pasado. “Nuestra prioridad es garantizar la salud y la seguridad del pueblo estadounidense, no debatir el uso del término ‘virus de Wuhan’”.

Un funcionario del Departamento de Estado dijo, en nombre de Pompeo, que el secretario estaba usando ese término para contrarrestar la desinformación del Partido Comunista chino. Esto se hace eco de los comentarios públicos del funcionario, cuando rechazó la sugerencia hecha la semana pasada por Zhao Lijian, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, quien explicó que el coronavirus podría no haberse originado en China y que era “altamente irresponsable” establecer esa relación.

En una serie de entrevistas, Pompeo hizo exactamente eso. También acusó a los chinos de retener información a medida que el virus se propagaba y proliferaban las teorías de la conspiración, algunas de las cuales afirmaban que en realidad el virus provenía de los Estados Unidos.

“Primeramente, el Partido Comunista chino ha dicho que aquí es donde comenzó el virus”, dijo Pompeo durante una entrevista en el programa ‘Fox & Friends’, el viernes pasado. “Así que no confíes en mi palabra, toma la de ellos”.

Para el lunes, los chinos estaban responsabilizando a Pompeo de manera directa.

“Condenamos la práctica despreciable de los políticos de Estados Unidos que estigmatizan ansiosamente a China y Wuhan al asociarlos con el nuevo coronavirus, sin respetar a la ciencia y la OMS”, dijo Geng Shuang, otro portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, en una conferencia de prensa. “La sociedad internacional tiene un juicio justo, y los intentos de Pompeo de calumniar los esfuerzos de China para combatir la epidemia están condenados al fracaso”.

En este caso, a los funcionarios de salud les tomó más de seis semanas darle un nombre oficial al coronavirus desde que comenzaron los primeros reportes de su existencia en Wuhan, a fines de diciembre. El retraso se debió en parte al debate sobre no elegir un nombre que pudiera causar discriminación contra personas, lugares o animales.

Teníamos que encontrar un nombre que no se refiriera a una ubicación geográfica, un animal, un individuo o un grupo de personas y que también fuese pronunciable y relacionado con la enfermedad”, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, en una conferencia de prensa el 11 de febrero, día en que la organización nombró a la enfermedad. “Tener un nombre es importante para evitar el uso de otros términos que pueden ser inexactos o estigmatizantes”.

THE NEW YORK TIMES/FOR

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