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Toda la audacia de ‘Sexo en la ciudad’, pero en Senegal

Serie “Amante de un hombre casado”. /Foto: The New York Times
Serie “Amante de un hombre casado”. /Foto: The New York Times

La serie ha alcanzado el mismo nivel de popularidad que “Sexo en la ciudad”, lo cual ha detonado un debate respecto de la mujer contemporánea en un país de mayoría musulmana en África occidental Julie Turkewitz  En la escena más controvertida de “Amante de un hombre casado”, una nueva serie de televisión inmensamente popular en … Leer más

La serie ha alcanzado el mismo nivel de popularidad que “Sexo en la ciudad”, lo cual ha detonado un debate respecto de la mujer contemporánea en un país de mayoría musulmana en África occidental

Julie Turkewitz 

En la escena más controvertida de “Amante de un hombre casado”, una nueva serie de televisión inmensamente popular en Senegal, la protagonista del programa, Marème, se pone un atrevido traje sastre color magenta y tiene una cita con un hombre casado, pero no sin antes señalar lo que está debajo de su cinturón.

“Esto es mío”, le dice a su mejor amiga. “Se lo doy a quien me plazca”.

Serie “Amante de un hombre casado”. /Foto: The New York Times

La serie, que se estrenó en enero, ha alcanzado rápidamente el mismo nivel de popularidad que “Sexo en la ciudad”, lo cual ha detonado un feroz debate respecto de la mujer contemporánea en un país de mayoría musulmana en África occidental que, como gran parte de la región, se está urbanizando a una velocidad vertiginosa. Tan solo el primer episodio ha sido visto más de tres millones de veces en YouTube, una cifra casi equivalente a toda la población de la capital de Senegal.

En un país donde la sexualidad de la mujer a menudo se ha escondido detrás de una cultura de discreción, la declaración de Marème, dicen los fanáticos, fue toda una rebelión. Además, se apega a un movimiento más grande por parte de mujeres que afirman su independencia. La serie no solo aborda el deseo femenino, sino también la violación, las enfermedades mentales, el poder del hombre, la violencia doméstica y los celos que surgen de la poligamia.

Es parte de un estallido de producciones televisivas y fílmicas impulsadas por la mujer en toda África en las que los guionistas, productores y actores reafirman abiertamente la sexualidad de la mujer, desafían los roles de género tradicionales y presentan historias marcadamente africanas dirigidas a audiencias africanas.

Serie “Amante de un hombre casado”. /Foto: The New York Times

Ha habido algo de oposición, tanto de fuentes oficiales como de espectadores cotidianos. En Senegal, un regulador del Estado ha amenazado con prohibir la transmisión de “Amante de un hombre casado”, pues señalan que el contenido probablemente dañe la “preservación de las identidades culturales”.

“Amante de un hombre casado” se transmite dos veces a la semana en YouTube y en el canal 2STV. Es producto intelectual de Kalista Sy, de 34 años, una experiodista de televisión que escribió el primer episodio después de teclear en Google la búsqueda: “¿Cómo se escribe un guión?”.

La serie se centra parcialmente en Marème Dial, interpretada por Halimatou Gadji, y cuatro mujeres más, muchas de las cuales trabajan en SenegIndia, una compañía de construcción de verdad que realmente está construyendo una ciudad en las afueraa de Dakar, que se ha convertido en un símbolo del rápido crecimiento de la región. SenegIndia es uno de los principales patrocinadores de la serie.

Serie “Amante de un hombre casado”. /Foto: The New York Times

Además de Marème, que se acuesta con Cheikh, también está Racky, una supervisora de construcción que usa un casco y a quien se le insinúa su jefe; Djalika, una profesionista exitosa con un esposo alcohólico y abusivo del que termina por divorciarse; y Lalla, la esposa de Cheikh, quien enloquece cuando Cheikh toma a Marème como su segunda esposa. (También hay una mujer llamada Dior que es un personaje secundario).

En su casa en el vecindario Ouest Foire de Dakar, Sy dijo que ya se había cansado de los personajes de mujeres escritos por hombres o por fuereños. Quería ver a las mujeres que conocía —sus lados bueno y malo, su complejidad— representadas en pantalla.

“Estoy haciendo algo muy senegalés”, comentó. “Es para el pueblo senegalés primero, y después para el mundo”.

Senegal, un país de casi dieciséis millones de personas que está esforzándose por convertirse en uno de los principales participantes económicos de la región, practica una versión del islam que el presidente Macky Sall ha descrito como moderada y tolerante. En público, muchas mujeres son libres de correr por la playa usando blusas sin mangas, ir a la universidad y llevar vidas profesionales. Sin embargo, en la casa, los hombres a menudo retienen el poder.

Serie “Amante de un hombre casado”. /Foto: The New York Times

Algunos hombres se casan con dos esposas o más, pero, para las mujeres, la sexualidad a menudo sigue estando oculta tras una cultura de “sutura”, un término en wólof que insinúa discreción y modestia.

El país tiene una rica tradición cinematográfica, pero la televisión a menudo ha sido dominada por series de Estados Unidos, telenovelas de Latinoamérica y programación de Nollywood, en Nigeria.

En la última década, las estaciones han comenzado a favorecer el trabajo local, pero esas series han sido escritas en su mayor parte por hombres. Además, a menudo presentan a las mujeres en papeles sumisos, con personajes que se esfuerzan mucho por seguir con sus esposos, sin importar los abusos ni los engaños, señala Marame Gueye, una profesora senegalesa que imparte literatura africana en la Universidad del Este de California.

Sy creció en una familia fulani tradicional. Comenzó a escribir “Amante de un hombre casado” como una novela seriada en la página de un grupo de Facebook; más tarde la seleccionó una productora llamada Marodi TV.

Serie “Amante de un hombre casado”. /Foto: The New York Times

Ahora, la reconocen en todo Dakar. Su esposo, Medoune Diop, de 37 años, un especialista en computación que vive gran parte del tiempo en Francia, dijo que se sintió muy feliz de escuchar que los miembros de la diáspora senegalesa hablaban de la serie en las calles de Rennes, Francia, a casi 4023 kilómetros de distancia.

Según las instrucciones de Sy, sus personajes prefieren a los diseñadores senegaleses —usando blusas con mangas acampanadas y telas coloridas de NuNu y Sisters of Africa— y los peinados naturales; rechazan la práctica de blanquearse la piel. También hablan wólof, la lengua que muchos prefieren en la que oficialmente es una nación francófona.

“Le ha abierto los ojos a la sociedad senegalesa”, dijo Seynabou Diop, de 23 años, la camarógrafa asistente de la serie. “Estamos mostrando cosas que no se habían visto antes”.

Serie “Amante de un hombre casado”. /Foto: The New York Times

Los fanáticos son de todas las edades, clases y géneros. En Dakar —en puestos de fruta junto al mar, en pequeños quioscos y dentro de las casas— muchas personas dijeron que la popularidad de la serie reflejaba un deseo profundo de ver la realidad representada en pantalla.

“Jamás me la pierdo”, dijo Mbayang Gueye, de 29 años, que vive con su hijo y una familia extendida en una pequeña casa en el vecindario de Medina en Dakar.

Marème ha surgido como un personaje muy popular, tanto entre los hombres como las mujeres. Las familias ven la serie juntas, reunidas en torno a las pantallas difusas de televisión. Las adolescentes copian los peinados de Djalika. Los hombres se ven reflejados en el dilema marital de Cheikh. Facebook está lleno de grupos dedicados al “Equipo Racky” y al “Equipo Marème”.

Sin embargo, no todos los senegaleses están tan encantados con el programa.

Serie “Amante de un hombre casado”. /Foto: The New York Times

Después de revisar la escena de Marème en la que dice “esto es mío”, el regulador de transmisión del país envió un aviso para advertir que el programa presentaba “palabras, comportamientos e imágenes que son impactantes, indecentes, obscenas u ofensivas”, y señaló que podría retirarse del aire.

Además, este año, un influyente grupo musulmán en Senegal, Jamra, amenazó con organizar una marcha para manifestarse en contra de la serie. En una entrevista en su casa, Mame Mactar Gueye, el vicepresidente de Jamra, felicitó a Sy por crear “un espejo de la sociedad senegalesa”, pero dijo que deseaba que hubiera creado una narrativa para desalentar la infidelidad, en vez de adoptar una actitud apologética al respecto.

Incluso algunos fanáticos se han sentido perturbados por los momentos más explícitos. Ndeye Madjiguene Sambe Dieng, de 60 años, una profesora retirada, dijo que algunas de las prendas eran demasiado reveladoras.

A pesar de todo su éxito, no está claro si la serie regresará con una segunda temporada. Además, Sy dijo que, si fuera así, temía perder el control de la narrativa, que quedaría en manos de productores varones. Dice que quiere combinar la segunda temporada con una revista, pero no está claro cómo obtendría el dinero para lograrlo.

Julia Cabrita Diatta, la directora comercial de la serie, dijo que el financiamiento era un “desafío constante” y señaló que algunos de los principales anunciantes se habían retirado de la serie después de decidir que era demasiado controvertida.

Serie “Amante de un hombre casado”. /Foto: The New York Times

El episodio final se transmitió tan solo horas después de que acabó la filmación y, en el vecindario de Medina, las calles arenosas comenzaron a vaciarse conforme las familias se acomodaban frente a sus televisores.

“Salaam alaikum”, se saludaban los vecinos mientras entraban a las salas y las habitaciones para ver la serie.

En una habitación, Gueye, la admiradora de 29 años, tomó el asiento más cercano a la televisión. Apenas movió los ojos, pues no dejó de ver a los personajes durante los siguientes 70 minutos.

“Es muy buena”, comentó. “Las extrañaré y me sentiré sola sin ellas”.

Serie “Amante de un hombre casado”. /Foto: The New York Times

 

The New York Times / AM 

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