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Se pueden diseñar edificios para resistir los terremotos, ¿por qué EU no construye más de esa manera?

¿Cómo construir edificios resistentes a los terremotos? Un arquitecto japonés tiene la solución. Thomas Fuller, Anjali Singhvi, Mika Gröndahl & Derek Watkins Cuando comenzó la sacudida a las 5:46 a. m., Yasuhisa Itakura, un arquitecto de una gran empresa constructora japonesa en Kobe, estaba sentado frente a su escritorio terminando un informe en el que … Leer más

¿Cómo construir edificios resistentes a los terremotos? Un arquitecto japonés tiene la solución.

Thomas Fuller, Anjali Singhvi, Mika Gröndahl & Derek Watkins

Cuando comenzó la sacudida a las 5:46 a. m., Yasuhisa Itakura, un arquitecto de una gran empresa constructora japonesa en Kobe, estaba sentado frente a su escritorio terminando un informe en el que se había afanado toda la noche. Su oficina se movió, pero los libros se quedaron en los estantes y nada se cayó de su escritorio.

“Pensé para mis adentros: este sismo no es tan intenso”, comentó Itakura.

En realidad, fue catastrófico. El gran terremoto de Hanshin del 17 de enero de 1995 mató a más de 6000 personas dentro de la ciudad portuaria industrial y en sus alrededores.

Itakura había escapado de la violencia del terremoto gracias a que el edificio de oficinas de tres pisos donde se encontraba estaba asentado sobre unos cimientos experimentales hechos de caucho, una primera versión de una técnica de ingeniería llamada aislamiento sísmico.

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Actualmente, la técnica que protegió el edificio de Itakura se ha empleado en aproximadamente 9000 estructuras en Japón, después de que solo unas veinte la tenían en el momento del terremoto de Kobe. Miles de otros edificios del país han sido adaptados con dispositivos para absorber impactos, los cuales pueden reducir en gran medida el daño y evitar que se desplomen.

Chile, China, Italia, México, Perú, Turquía y otros países vulnerables a los terremotos han adoptado estas tecnologías en diferente medida.

No obstante, con notables excepciones, incluyendo las nuevas oficinas centrales de Apple en Silicon Valley, estas innovaciones se han utilizado solo de manera limitada en Estados Unidos. Los defensores de la seguridad sísmica describen esto como una oportunidad desperdiciada para ahorrar miles de millones de dólares en costos de reconstrucción después de la llegada inevitable del Gran Terremoto.

Desde luego, los sismos son fenómenos naturales. No obstante, el daño que provocan está en función de las decisiones de los políticos, ingenieros y ejecutivos empresariales. Japón y Estados Unidos, dos de los países más avanzados en términos de tecnología, tienen el mismo problema —cómo proteger a la gente y a la sociedad de los terremotos— sin embargo, han respondido de manera muy diferente.

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Japón, a través tanto de sus legislaciones gubernamentales como de su cultura en materia de ingeniería, construye estructuras más sólidas capaces de resistir los terremotos y de usarse inmediatamente después. Estados Unidos establece una norma mínima y menos protectora en el entendimiento de que muchos edificios resultarán muy dañados.

Ambas posturas reflejan actitudes diferentes con respecto al riesgo, al papel del gobierno y a la responsabilidad social colectiva. La filosofía de Estados Unidos, análoga al debate estadounidense sobre el seguro de salud, ha sido que la construcción de edificios más resistentes sea una elección individual, no una orden del gobierno.

“Si gastas el dinero hoy y el terremoto azota mañana, felicitaciones, lo has hecho muy bien”, comentó Ron Hamburger, ingeniero estadounidense en estructuras, quien es tal vez la máxima autoridad en la normativa de la construcción. “Pero el hecho es que los sismos verdaderamente devastadores afectarán lugares como San Francisco o Los Ángeles quizás una vez cada 100 o 200 años”.

“¿Qué tan afortunado te sientes?”, añadió.

Es probable que, en ciudades como San Francisco, donde el precio promedio de una casa está muy por encima de un millón de dólares, la idea de elevar todavía más los costos de construcción tenga poca aceptación, incluso si el objetivo es preservar la ciudad en el largo plazo.

El último terremoto importante en Estados Unidos, el cual provocó daños con un valor de 20.000 millones de dólares en el área de Los Ángeles, fue hace un cuarto de siglo.

“La tierra ha estado tranquila en Estados Unidos”, comentó Masayoshi Nakashima, presidente de la Asociación Internacional de Ingeniería en Materia de Terremotos. “Las generaciones jóvenes en especial no conocen necesariamente la realidad de los sismos”.

El debate sobre la construcción de edificios más resistentes en Estados Unidos se ha dado entre ingenieros y otros especialistas, y ha estado mayormente alejado del escrutinio público.

Sin embargo, lo que está por verse es si lugares como Silicon Valley, Seattle, Salt Lake City, San Francisco o Los Ángeles se verán obligados a detener sus actividades luego de un embate directo… y durante cuánto tiempo.

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En un estudio federal del año pasado se descubrió que una cuarta parte de los edificios de la zona de la bahía de San Francisco se verían muy dañados después de un sismo de una magnitud de siete grados, desastre que sería agravado por el hecho de que nueve de cada diez edificios comerciales y ocho de cada diez casas en California no están asegurados contra terremotos.

“Las ciudades no podrán funcionar durante varios meses, si no es que años”, señaló H. Kit Miyamoto, miembro de la Comisión de Seguridad Sísmica de California, un organismo gubernamental que asesora a la legislatura estatal y al gobernador sobre temas relacionados con los sismos. “Tener edificios desechables es lo mismo que tener ciudades desechables”.

En caso de un terremoto muy fuerte, la mayoría de los edificios estadounidenses, debido a su diseño, se arrugarán como un automóvil que choca de frente, y disiparán la energía del sismo a través de ese daño. El propósito es salvar vidas, pero quizás el edificio —al igual que un auto tras un choque— quede inservible.

Hamburger, el ingeniero en estructuras, calcula que la mitad de todos los edificios de San Francisco se considerarían inhabitables después de un sismo importante.

Algunas ciudades como San Francisco están analizando reglamentos que requieran que los edificios sean más rígidos, parecidos a los de Japón. No existen construcciones a prueba de terremotos, pero los expertos afirman que los edificios de Estados Unidos podrían ser mucho más resistentes por un mínimo costo adicional.

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En un estudio federal que abarcó varios años, se llegó a la conclusión de que la reparación de los edificios después de un terremoto cuesta cuatro veces más que construirlos de manera más sólida en primera instancia. Según los cálculos de este estudio, Estados Unidos pierde aproximadamente 4000 millones de dólares por cada año que posterga la normatividad de construcciones más sólidas para resistir los sismos.

Miyamoto, quien creció en Japón pero que ahora vive en California, señaló que había desacuerdos cada vez más fuertes entre Japón y Estados Unidos en el tema de la ingeniería sísmica.

“Los japoneses se quedan totalmente atónitos por la forma en que diseñamos aquí”, comentó.

The New York Times / OHH

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