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El precio de la estrategia de Trump para disuadir migrantes: un nuevo caos

Foto: Especial
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La red de albergues de Texas que dirige la organización sin fines de lucro Annunciation House recibe alrededor de 200 migrantes nuevos cada día, la misma cantidad que acogió durante una semana completa apenas hace un año Manny Fernandez, Caitlin Dickerson y Paulina Villegas En un albergue para migrantes cerca de la frontera con México, … Leer más

La red de albergues de Texas que dirige la organización sin fines de lucro Annunciation House recibe alrededor de 200 migrantes nuevos cada día, la misma cantidad que acogió durante una semana completa apenas hace un año

Manny Fernandez, Caitlin Dickerson y Paulina Villegas

En un albergue para migrantes cerca de la frontera con México, tres chicas de Guatemala —hermanas de 6, 9 y 10 años de edad— tosían y moqueaban. Una de ellas se aferraba a un osito de peluche y a una botella grande de Pedialyte, para aliviar su deshidratación y gripe.

La madre de las chicas, Nelcy, de 28 años de edad, mencionó que sus hijas no se enfermaron durante su largo viaje a la frontera en la parte trasera de una camioneta pickup, sino durante los 12 días que pasaron en dos centros de detención del Gobierno abarrotados de personas antes de llegar al albergue privado en Texas.

Hacía mucho frío, en especial para las niñas. Mis hijas se enfermaron. Nos dieron cobijas de aluminio, pero no bastaron”, comentó Nelcy, quien solo quiso ser identificada por su primer nombre.

La red de albergues de Texas que dirige la organización sin fines de lucro Annunciation House recibe alrededor de 200 migrantes nuevos cada día, la misma cantidad que acogió durante una semana completa apenas hace un año. En noviembre, la cantidad de migrantes que viajaron como familias y cruzaron la frontera desde México superó los 25 mil, la cifra más alta que se haya registrado.

Como Nelcy y sus hijas, los recién llegados de Centroamérica arriban mucho más enfermos, después de haber estado detenidos en centros básicos de detención del Gobierno, que nunca tuvieron como objetivo albergar niños, y durante mucho más tiempo del que se solía detener a migrantes. La gente que busca asilo y está atrapada en México se está saltando las cercas y lanzando rocas a los oficiales, quienes disparan gases lacrimógenos para repelerlos. En semanas recientes, cientos de migrantes han sido liberados en las calles de ciudades, sin tener idea de adónde ir. Dos niños migrantes que estaban enfermos murieron mientras los tenían bajo custodia.

El presidente Donald Trump ha advertido sobre este tipo de crisis desde hace tiempo y ahora está empezando a tomar forma a lo largo de la frontera con México, la cual se extiende 3 mil kilómetros. En los últimos años, una red de seguridad fronteriza creada durante varias décadas para manejar grandes cantidades de hombres solteros se ha inundado de mujeres y niños y, como la cantidad de familias ha alcanzado su punto máximo en meses recientes, el sistema cada vez es menos capaz de alojarlos.

Según muchas de las personas que trabajan a lo largo de la frontera y en algunas de las propias agencias de seguridad del Gobierno, una buena parte del aumento del caos es el resultado de una apuesta fallida del Gobierno de Trump, la cual consistía en políticas fronterizas cada vez más severas, con el objetivo de disuadir la inundación de migrantes provenientes de Centroamérica.

No lo ha logrado y, según estás personas, no gastar dinero en la expansión de centros fronterizos de procesamiento, mejores transportes y redes más amplias de cooperación con caridades privadas ha generado los problemas actuales de hacinamiento, amenazas a la salud y liberación descontrolada de migrantes en ciudades a lo largo de la frontera.

Se concentraron un 100 por ciento en opciones más duras para disuadir la afluencia, sin considerar cómo manejar la situación. Tenemos muchas más familias, muchos más niños sin acompañantes adultos y el objetivo solo ha sido disuadir, en vez de manejar”, comentó un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional que habló bajo la condición de permanecer en el anonimato por temor a ser despedido.

Trump se ha puesto como prioridad terminar la práctica que llama “capturar y liberar”, pero la política de detener grandes cantidades de migrantes ha provocado problemas de capacidad. El Gobierno de Obama tenía una política de liberar migrantes que consideraba seguros y que probablemente aparecerían en la corte, con la finalidad de dejar espacio a otros que fuera más prioritario tener detenidos, pero el Gobierno de Trump en esencia ha eliminado esa práctica.

La cantidad de detenidos en los centros del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés) ha alcanzado su punto más alto en la historia, de acuerdo con cifras que ofreció la agencia, con una población promedio de 45 mil 200 adultos solteros y familias nucleares al día.

El resultado ha sido la necesidad reciente de liberar grandes cantidades de migrantes, a muchos de los cuales solo los han dejado en estaciones de autobuses. Durante toda la última semana de diciembre, liberaron a unos 600 migrantes en El Paso sin planear nada con antelación. En días y semanas recientes, han ocurrido liberaciones similares en Arizona y California.

El funcionario de seguridad nacional afirmó que el gobierno pudo haber hecho más para mejorar la situación y evitar la liberación masiva, como trabajar más de cerca con agrupaciones sin fines de lucro. “Pudieron destinar más recursos ahí, monetarios o físicos”, comentó el funcionario. “Hay cosas que pudieron hacer para manejarlo y no solo pensar: ‘Estamos sobrepasados. Los liberaremos’”.

El Gobierno culpa al Congreso y los tribunales por haber creado un sistema que alienta a familias que no son candidatas para recibir asilo a que de todas formas soliciten el estatus, y a menudo viven meses o años en el país mientras sus solicitudes pasean por las cortes. Kirstjen Nielsen, la secretaria de Seguridad Nacional, ha criticado los fallos de los tribunales que dificultan la detención de los migrantes con hijos durante largos periodos en instalaciones del gobierno. Los funcionarios aseguran que esta situación ha creado un vacío legal que alienta a los migrantes a llevar a sus hijos en viajes largos y peligrosos desde Centroamérica.

Durante más de un año, la secretaria Nielsen ha dicho, a cualquiera que quiera escucharla —en especial a miembros del Congreso—, que nuestros hombres y mujeres en la vanguardia no tienen los recursos adecuados que se necesitan para la cantidad de extranjeros que estamos aprehendiendo. Esta crisis humanitaria es generada por fallos activistas y leyes deficientes que incentivan el contrabando de migrantes ilegales menores de 18 años de edad”, mencionó Katie Waldman, una vocera del Departamento de Seguridad Nacional.

Algunas de las personas involucradas en la creación de políticas afirmaron que el gobierno había reconocido abiertamente que era probable que las políticas más nuevas y en desarrollo enfrentaran una orden judicial inmediata o fueran tan costosas que no iban a poder justificarlas a los contribuyentes (las políticas son un plan para que la gente que busque asilo espere en México mientras estén abiertos sus casos de inmigración y otro que tiene como objetivo construir ciudades con tiendas de campaña a lo largo de la frontera para albergar a más familias). Sin embargo, los funcionarios aseguraron que la Casa Blanca les había ordenado seguir adelante.

Me pregunto, ¿por qué estamos trabajando en esto si solo va a generar otra demanda?”, cuestionó un segundo funcionario de Seguridad Nacional, quien también habló bajo la condición de permanecer en el anonimato. “Todo mundo sabe que lo van a objetar en las cortes y es probable que lo anulen. No creo que la gente en los cargos más altos sienta que tiene una opción. Solo hacen lo que les piden que hagan”.

En semanas recientes, la situación se ha vuelto más tensa, pues las autoridades del ICE, quienes solían ser cuidadosos para coordinarse con albergues voluntarios cuando liberaban migrantes, más bien han comenzado a dejar grandes cantidades de ellos en las calles de Texas, Arizona y California, de tal manera que los funcionarios de las ciudades y las organizaciones de beneficencia se han visto forzados a entrar en acción.

Nos enfrentamos con los síntomas del origen del problema: la falta de una política migratoria racional de Washington, y los dos lados son culpables”, acusó Dee Margo, el alcalde de El Paso.

Los funcionarios han declarado que el gobierno pronto podría aumentar la cantidad de migrantes liberados en El Paso a 500 al día. “Nos ahogarían. Enfrentarnos a eso sería un verdadero desafío para nosotros”, comentó Margo.

  • 25,000 migrantes cruzaron la frontera con México en noviembre de 2018.
  • 45 mil 200 adultos solteros fueron detenidos en centros del Servicio de Inmigración.
  • 600 migrantes fueron liberados durante la última semana de diciembre de 2018.
  • Como Nelcy y sus hijas, los recién llegados de Centroamérica arriban mucho más enfermos.
  • En semanas recientes, cientos de migrantes han sido liberados en las calles de ciudades, sin tener idea de adónde ir.
  • Trump se ha puesto como prioridad terminar la práctica que llama “capturar y liberar”.
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