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En paramédicos, una mujer ‘rompe’ la barrera de género desde el cielo

Dentro del grupo de paramédicos del CRUM Querétaro, Liliana Sánchez reitera que las mujeres corren mayor riesgo de sufrir algún tipo de violencia Natalia López Ajustes en sentencias y trabajar en la efectividad de la alerta AMBER, para evitar que pase un tiempo considerable tras una desaparición, son las propuestas de la paramédica Liliana Sánchez … Leer más

Dentro del grupo de paramédicos del CRUM Querétaro, Liliana Sánchez reitera que las mujeres corren mayor riesgo de sufrir algún tipo de violencia

Natalia López

Ajustes en sentencias y trabajar en la efectividad de la alerta AMBER, para evitar que pase un tiempo considerable tras una desaparición, son las propuestas de la paramédica Liliana Sánchez respecto al tema de la violencia de género.

La única mujer dentro del equipo de traslados aéreos del Centro Regulador de Urgencias Médicas (CRUM) en Querétaro comentó en exclusiva para esta casa editorial que las labores en este rubro deben concentrarse tanto en hombres como en mujeres, aunque reiteró que existe mayor peligro para ellas.

A lo largo de su trayectoria, aunque ha recibido comentarios como ‘no, porque eres niña’ o ‘por ser niña no cargues’, ella es consciente de sus capacidades y las palabras de la gente no han sido un impedimento para seguir adelante. Está entregada completamente a su trabajo, pero también gusta de realizar otras actividades como tomar fotos, andar en bicicleta, ir al cine y viajar.

Para ella, ser paramédica es una gran desafío y responsabilidad al tener la vida de las personas en sus manos. La experta de 32 años de edad tiene una gran pasión por ayudar, que la ha llevado a romper paradigmas al ser la única mujer en el área de traslados aéreos. Asimismo, ha destacado por su valentía, entrega, servicio y compromiso dentro de su labor.

“Me gusta la satisfacción de poder brindar la atención que se merecen, ya sea desde un traslado, hasta darles el tiempo para escucharlos”, compartió.

UNA HEROÍNA QUE VUELA

Su decisión por dedicarse a esta profesión surgió cuando realizaba una entrevista a unos paramédicos. Esto la inspiró a incursionar en el área y a tomar un nuevo camino en el que ahora lleva nueve años. Posteriormente, se le presentó la oportunidad para pertenecer al equipo de servicios médicos aéreos, en el que ha ejercido alrededor de dos años y medio.

“Fue una oportunidad que me dieron en el CRUM. Nunca estuvo en mis planes, pero la aproveché y ahora continúo capacitándome en este aspecto”, indicó Liliana.

Para poder formar parte del equipo es necesario tomar un diplomado, aunque ella hizo hincapié en que lo primordial es conocer la aeronave.

“Jamás me había subido a un helicóptero y al inicio es extraño. Es muy diferente a subirte a un avión donde solo tienes que sentarte y abrochar tu cinturón, ya que aquí vas manipulando muchas cosas a la vez, como el velar por la salud de tu paciente, vigilar y dar las condiciones de vuelo”, señaló.

Liliana es la única mujer dentro de los servicios aéreos trabajando con 16 hombres en su misma guardia, con quienes dice que se complementa. Ella comparte que ha sido un camino complicado, pero no imposible, pues poco a poco sus habilidades y conocimientos la han llevado a abrirse puerta en el área a pesar de la rivalidad fuerte que existe en cuanto a saberes.

El motivo principal por el que cree que no hay ta- lento femenino en el área es por el riesgo que implica dicha profesión.

“Somos pocas las que trabajamos en el área de urgencias, ya que la mayoría están en radiocomunicación. No somos ni un cuarto del personal, pues es arriesgado, peligroso y hay quien le tiene miedo a las alturas. Además, la mayoría de mis compañeras son mamás, lo cual es un factor determinante para decidir si te subes a un helicóptero o no”, comentó la especialista.

Por último, la paramédica invitó a todas las mujeres que están interesadas en formar parte de esta profesión a que den el siguiente paso.

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