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Amealco dignifica su identidad a través de sus artesanas

En San Ildefonso hay historias contrastantes en el que el trabajo al servicio de una tradición es el pan de cada día Texto: Carlos Uriegas Fotos: Selene Ugalde Las muñecas de Amealco van al alza; son un elemento de identidad y orgullo queretano, pero además se han convertido en un producto que, luego de costar … Leer más

En San Ildefonso hay historias contrastantes en el que el trabajo al servicio de una tradición es el pan de cada día

Texto: Carlos Uriegas

Fotos: Selene Ugalde

Las muñecas de Amealco van al alza; son un elemento de identidad y orgullo queretano, pero además se han convertido en un producto que, luego de costar 15 pesos en las calles, hoy pueden valer hasta 5 mil pesos. Lele, patrimonio cultural de Querétaro, ha demostrado que un buen producto –con valor único, junto con un buen esquema de comercialización y difusión– puede ser un negocio que dignifique el trabajo de las artesanas queretanas.

Genoveva Pérez Pascual supo escuchar cuando lenguas extranjeras le dijeron que tenía ‘oro’ en las manos y entendió que la riqueza de su trabajo estaba hilada a un tejido lleno de colores y de historia al que muchos califican como identidad. En la comunidad de San Ildefonso, en Amealco, la señora Genoveva habló del éxito que ha representado la difusión de la muñeca Lele por parte del Gobierno del estado.

“La difusión ha servido a que el mundo conozca lo que hacemos, pero lo que más ha colaborado al éxito ha sido el trabajo. Si nosotras nos organizamos y producimos, siempre vamos a tener qué vender”, afirma ella, sabedora de que tiene un producto exitoso.

Aunque el éxito y la moda por la muñeca pueda derivar en una sobreexplotación, en la que no solo Amealco sino otras regiones o países manufactureros llegaran a fabricar este tipo de muñecas, en San Ildefonso saben que Lele y Dönxu tienen orígenes otomís, además de que es orgullosamente mexicana.

“Ponemos el alma y cada muñeca lleva parte de nosotras. Aunque se fabriquen en serie, cada muñeca es única

El negocio ha perfeccionado cada vez más la calidad del producto.

No solo hay muñecas por vender

En San Ildefonso hay mucho más que muñecas, y ante el posible desbordamiento y masificación de estos productos, las artesanas organizadas y las independientes le apuestan a los bordados en vestidos, faldas y cojines como una oportunidad de negocio.

En San Ildefonso también existen familias como la de la señora Juana González y su esposo Pedro, una pareja que se juntó hace 34 años y conformaron una familia dedicada al trabajo y en la que las muñecas y los bordados forman parte de su vida.

Ellos producen entre 25 y 30 muñecas a la semana y también buscan apoyos en materiales para poder elevar su producción.

“Me gustaría poder tener apoyos para tener más trabajo, eso es lo único que pido, tener la salud para poder trabajar y que no falte a mi familia”, solicita la señora Juana. Rosa, hija de la señora Juana, pudo terminar la secundaria y aprendió de su madre lo que es el trabajo. Ella se especializa en la confección de vestidos y en bordados, los cuales vende a tiendas del municipio de Amealco, tradición que ya empieza a sembrar en su hija, tal y como su progenitora hizo con ella. La tradición continúa y es un ejemplo de que la artesanía puede ser un negocio en expansión como el de Doña ‘Geno’ o un trabajo que sirva para el sustento diario como el que orgullosamente dignifica a la familia de Juana.

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