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Tras ocho meses de confinamiento, surge la fatiga pandémica

Surge la fatiga pandémica / Foto: Isaí López
Surge la fatiga pandémica / Foto: Isaí López

Apatía, desmotivación y cansancio emocional se presentan luego de ocho meses de luchar contra la COVID-19 Carlos Uriegas Ocho meses de pandemia han generado todo tipo de impactos, se ha visto afectada la salud, la economía, se han presentado pérdidas humanas y lutos inconclusos lo que ha derivado ya en una “fatiga pandémica” que se … Leer más

Apatía, desmotivación y cansancio emocional se presentan luego de ocho meses de luchar contra la COVID-19

Carlos Uriegas

Ocho meses de pandemia han generado todo tipo de impactos, se ha visto afectada la salud, la economía, se han presentado pérdidas humanas y lutos inconclusos lo que ha derivado ya en una “fatiga pandémica” que se caracteriza por la apatía, la desmotivación y un cansancio emocional.

Cada vez resulta más complicado permanecer encerrado, usar el cubrebocas, alejarse del círculo social, escolar o laboral. Seguir las recomendaciones sanitarias ya pesan demasiado ante la incertidumbre de una posible solución a la pandemia. Hoy en día, todavía no hay cura o una vacuna para el coronavirus y las cifras de infección están aumentando en todo el mundo.

La apatía, la desmotivación y la tristeza son cada vez más constantes en una población que lleva meses cuidándose y sienten que sus esfuerzos no sirven de mucho. Los esfuerzos para aplicar el distanciamiento han aumentado los sentimientos de aislamiento social y soledad de muchas personas, especialmente entre los adultos mayores y las personas que viven solas.

“Los seres humanos son animales sociales por naturaleza. Por lo tanto, el aislamiento social puede ser particularmente desagradable. Y puede conducir a una variedad de resultados de salud deficientes, como hipertensión o un sueño más pobre”, manifiesta la siquiatra Norma González Hinojosa.

Mucha gente ha podido distanciarse y seguir las normas en la primavera y el verano, pero al cierre de año marca la llegada del otoño y el invierno, lo que complica el confinamiento por ser una época en la que la bajan las temperaturas y se acercan fechas significativas como la Navidad.

“Los casos están aumentado. El clima se está volviendo más frío en muchos lugares, haciendo menos factible comer y socializar al aire libre. La gente necesita redoblar el nivel de precaución y sostenerlo en los meses que vienen, manteniéndose a salvo sin incrementar más su aislamiento social, pero también vienen fechas de reunión como son la celebraciones por Día de Muertos, las posadas y Navidad, fechas que para muchas personas ya son depresivas y en esta ocasión pudieran ser aún más tristes por el encierro y las pérdidas de familiares, de trabajo o de su economía”, explicó la doctora de la UNAM.

**Estamos “enzoomismados”**

La tecnología ha ayudado, sería aún más complicado pensar qué hubiera pasado si esta pandemia se hubiera presentado hace 20 o 30 años, sin los elementos tecnológicos que hoy permiten, aunque sea al a distancia, mantener comunicación con nuestras familias, maestros o compañeros de trabajo.

“Tenemos elementos tecnológicos que han ayudado , pero la ansiedad producida por el miedo a contagiarse, el bombardeo de noticias y cifras de muertos, el miedo a perder el trabajo, la soledad causada por la falta de contacto con amigos y familiares y la duda de no saber cuándo va a terminar esta crisis, eso ha derivado en que el problema emocional vaya en aumento”, reveló el doctor Luis Narváez, quien trabaja dando asistencia emocional en el Hospital Español.

Algunos de los síntomas que nos llevan a pensar que estamos en una fatiga por pandemia pueden ser: la tristeza, agotamiento mental, irritabilidad, trastornos del sueño, frustración, ansiedad, aumento o disminución evidente del apetito y sentir que no se quiere ver a nadie.

El doctor Narváez comentó que es muy probable que el resurgimiento de la pandemia en Europa pueda ser explicada por una población fatigada que salió sin control en el verano.

“Bajaron la guardia en Europa y ahora llegó el rebrote en el peor de los momentos, ya que es en esta época es cuando se presentan más suicidios ante la baja del clima, el sol que se oculta más temprano y la soledad de muchas personas”, compartió el médico.

El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, admitió hace una semana que el mundo muestra síntomas de fatiga en la lucha contra la pandemia de COVID-19, pero que es durante este cansancio cuando el coronavirus puede expandirse.

“El invierno se acerca, y con ello unos meses que van a ser duros”, dijo Adhanom Ghebreyesus.

Esto aún no termina, en Europa llegó un rebrote y en América seguimos en la primera ola del COVID-19, la mente está cansada, lo que puede derivar en una baja en las defensas inmunológicas, por lo que la guardia debe estar arriba ya que el enemigo sigue latente y multiplicándose rápidamente.

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