Confinamiento por la COVID-19, trajo beneficios para el océano
La reducción en las actividades de pesca y transporte marítimo dieron un ‘respiro’ a los océanos, apunta el jefe del programa del Agua y del Océano de las Naciones Unidas Redacción La pandemia por la COVID-19, sin duda trajo una desaceleración económica mundial además de una emergencia sanitaria terrible, sin embargo, también trajo consigo múltiples … Leer más
La reducción en las actividades de pesca y transporte marítimo dieron un ‘respiro’ a los océanos, apunta el jefe del programa del Agua y del Océano de las Naciones Unidas
Redacción
La pandemia por la COVID-19, sin duda trajo una desaceleración económica mundial además de una emergencia sanitaria terrible, sin embargo, también trajo consigo múltiples beneficios para el océano, afirman expertos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
A corto plazo, los efectos de la COVID-19 en el océano han positivos debido a la reducción de diversas presiones sectoriales que causan contaminación, sobrepesca, pérdida o conversión de hábitats, introducción de especies invasoras y los efectos del cambio climático en el océano.
Expertos apuntan a que, si bien el océano puede disfrutar de algunos beneficios a corto plazo, los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria de decenas o incluso cientos de millones de personas pueden verse gravemente afectados.
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Un ejemplo claro es que ya se observan importantes disminuciones en las actividades de turismo costero, pesca, transporte marítimo y desarrollo costero.
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En una reciente encuesta informal realizada por The Economist durante uno de sus seminarios web de la World Ocean Initiative (Iniciativa Mundial del Océano) los participantes clasificaron los siguientes sectores oceánicos como los más afectados por la COVID-19: turismo 70,7%, pesca 10,4%, petróleo y gas en alta mar 7,2%, transporte marítimo 6,2%, energías renovables en alta mar 2,9% y acuicultura 2,6%.
En un estudio reciente del proyecto Cadenas mundiales de suministro sostenible para productos marinos del Fondo para el Medio Ambiente Mundial del PNUD mostró importantes reducciones en la demanda de mariscos como el calamar, pulpo y el cangrejo, esto se debe a la menor demanda de los mercados de exportación, el reto de poner en práctica medidas sanitarias en los barcos pesqueros, las dificultades para acceder a los suministros y la escasez de mano de obra.
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— Industrias Pesqueras (@IPesqueras) June 25, 2020
En los Estados Unidos, dos tercios del pescado comercial se destina a restaurantes, muchos de los cuales ya están cerrados, por lo que esta demanda se ha desplomado, informan.
En el Ecuador, la disminución de la demanda de dorado, debida principalmente al colapso total del turismo, dio lugar a una importante reducción de los precios y ha hecho que la pesca no sea rentable.
En Florida, la demanda de langosta ha disminuido debido a la eliminación de los mercados en China.
Sin embargo, la pregunta es si la reducción de la actividad pesquera impulsada por la COVID-19 daría lugar a una recuperación de las especies, científicos apuntan a que no sería inmediato. Sugieren que se necesitan hasta 10 o 15 años de reducción de la actividad para que las poblaciones agotadas se recuperen.
A pesar de que no haya una recuperación de especies agotadas, la COVID-19 sí provocó un cambio positivo para los océanos, tanto que por la reducción del tráfico marítimo, se
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