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Llevan soluciones hídricas a zonas pobres del sureste nacional

Llevan soluciones hídricas a zonas pobres del sureste nacional. (Especial)
Llevan soluciones hídricas a zonas pobres del sureste nacional. (Especial)

Juan Carlos Machorro En el sureste de México se presentó el “Modelo de fortalecimiento de la seguridad hídrica y gobernanza del agua con perspectiva de género”, que actualmente es implementado en comunidades rurales del sur-sureste del país, para mejorar el acceso a agua limpia. La seguridad hídrica es la capacidad de una población para salvaguardar … Leer más

Juan Carlos Machorro

En el sureste de México se presentó el “Modelo de fortalecimiento de la seguridad hídrica y gobernanza del agua con perspectiva de género”, que actualmente es implementado en comunidades rurales del sur-sureste del país, para mejorar el acceso a agua limpia.

La seguridad hídrica es la capacidad de una población para salvaguardar el acceso al agua en cantidades adecuadas y con la calidad apropiada para sostener la salud de la gente y de los ecosistemas, así como para asegurar la protección de vidas y bienes.

Dicho programa es implementado por el PNUD en México con patrocinio de la Fundación Z Zurich Foundation, Fomento Social Citibanamex, Fundación W.K. Kellogg, Rotoplas, Fundación FEMSA, Ayuda en Acción México y gobiernos de Chiapas y Morelos.

Al presentar el modelo de acompañamiento, Irene Cauich, coordinadora operativa del proyecto Reducción del impacto económico del COVID-19 y fomento a la recuperación temprana resiliente en comunidades de México, y Monserrat Tzuc, especialista en seguridad hídrica del proyecto, expusieron los pasos para la identificación, diseño, capacitación, instalación y seguimiento de las obras; así como acciones de mejoramiento de la seguridad hídrica a través de la gestión comunitaria del agua con perspectiva de género.

El modelo tiene una visión sistémica consiste en un ciclo de cinco etapas: Evaluación y diagnóstico de necesidades; Diseño y validación de propuesta técnica de solución; Supervisión técnica y seguimiento comunitario; Transferencia tecnológica y acuerdos comunitarios para la sostenibilidad; y Entrega-recepción con las comunidades.

Por su parte, Miguel Ángel Mendoza, director de Capital Humano de Grupo Rotoplas –empresa patrocinadora del proyecto-, comentó que este modelo aporta un seguimiento hacia los proyectos implementados en las comunidades, lo que ayudará a que el beneficio sea continuo a largo plazo, al mismo tiempo de concientizar a los colaboradores del impacto que tiene el trabajo realizado día a día bajo una perspectiva de género.

Al cuestionar sobre la factibilidad de aplicar dicho programa en comunidades rurales de Querétaro se indicó que el proyecto se enfocó en el sureste nacional por ser de las regiones más pobres del país.

Sin embargo, tiene la capacidad de replicarse en todas las áreas rurales e indígenas que padezcan de falta de agua, la situación imperativa es tener los patrocinios adecuados para solventar los gastos de dicho proyecto.

El enfoque de género del modelo de acompañamiento permite aumentar la seguridad hídrica y la gobernanza comunitaria del agua, con 4 acciones estratégicas:

  • Instalación de sistemas de captación de lluvia a nivel comunitario con uso productivo;
  • Fortalecimiento de sistemas locales de agua potable y reparación de redes de distribución;
  • Mejorar la calidad del agua a través de biofiltros y purificadores; y por último;
  • Realización de soluciones basadas en la naturaleza que restauren fuentes naturales de agua.

Se estima que más de 8 millones de personas en poblaciones indígenas o rurales en América Latina tienen problemas para acceder al agua potable en su vivienda. En particular, los territorios de los pueblos indígenas presentan las mayores privaciones en el acceso de este recurso natural, vulnerando su derecho humano al agua y saneamiento.

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