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Quedarse sin redes sociales, afecta emocionalmente

Cómo sacar provecho económico al tiempo invertido en redes sociales / Foto: Especial
Cómo sacar provecho económico al tiempo invertido en redes sociales / Foto: Especial

Redacción El impacto emocional que pudiera ocasionar la suspensión del servicio de plataformas de comunicación está en función de tres situaciones: qué tanto depende el usuario de esta tecnología para vender, anunciar o promover algo; desde cuándo las utiliza; o bien, si es principiante en su uso y aún no desarrolla la confianza que se … Leer más

Redacción

El impacto emocional que pudiera ocasionar la suspensión del servicio de plataformas de comunicación está en función de tres situaciones: qué tanto depende el usuario de esta tecnología para vender, anunciar o promover algo; desde cuándo las utiliza; o bien, si es principiante en su uso y aún no desarrolla la confianza que se requiere para ponerlas en marcha.

Al respecto, el profesor emérito de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan José Sánchez Sosa, afirmó lo anterior y dijo que quienes acostumbran usarlas más de la mitad de su día y cuyas relaciones interpersonales, profesionales, escolares y académicas dependen de esos sistemas, pueden tener alguna afectación.

Para quienes realizan numerosas actividades a través de estas plataformas el impacto pudo haber sido importante “y si le agregamos que algunas de esas personas no tienen las destrezas normales de autorregulación emocional, la consecuencia del infortunio será emocionalmente más importante, ése es el otro extremo de la curva”, acotó.

Sin embargo, puntualizó que en aquellos individuos con buena regulación emocional, con relaciones familiares estables, sin problemas que los estresen más de lo habitual y que cuentan con formas de afrontar la suspensión temporal de las redes, el efecto de este hecho o la desaparición de un servicio es menor.

Sería esperable, destacó, suponer que una parte tenga reacción extrema, como ansiedad, enojo o tristeza que puede ir más allá de lo que normalmente le ocurre a un individuo; en contra parte, a quienes quizá piensan que “estas cosas pasan, ya se quitará, recuperaré lo que pude haber perdido por esto, etcétera”. En suma, precisó, las caídas globales de esos servicios ocasionan mínimas afectaciones emocionales en los usuarios.

La especialista del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Violeta Rodríguez del Villar, recordó la reciente caída de las redes sociodigitales la cual, apuntó, tuvo un costo global de 968 millones de dólares, 161.1 millones por hora, según datos de la red NetBlocks, así como 13 millones de dólares en México, equivalentes a aproximadamente 260 millones de pesos.

Fue importante la afectación en la economía mundial y “prende los focos rojos” sobre la importancia de las decisiones que se tomen acerca del uso de estas redes sociales desde el punto de vista normativo. “Lastimosamente los gobiernos cada vez se verán más limitados para poder regularlas, porque cualquier decisión que tomen, por pequeña que sea, podría afectar la economía doméstica”, destacó.

En ese sentido, indicó que han perdido por completo su capacidad de regularlas y no pueden dictar lo que hace Facebook y las otras redes sociales porque son propiedad privada, su capacidad para regularlas es limitada, lo más que pueden hacer es prohibir su uso, como hizo China.

Expuso que una economía globalizada que está interconectada y donde las fronteras nacionales cada vez pierden más sentido, “lo más que puede hacer es imponer impuestos a los dueños de estas plataformas digitales, aunque evidentemente afectaría a los usuarios, más que a los dueños. La capacidad del gobierno de regulación es verdaderamente limitada”.

De acuerdo con el reporte Number of e-mail users worldwide 2017-2024 de Statista, en 2020, el número de usuarios mundiales de correo electrónico ascendió a tres mil 900 millones; se prevé que en 2024 aumente a cuatro mil 48 millones.

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