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Cronista de profesión, pero bohemio de oficio

Siempre buscó el contacto con la naturaleza. Dijo que le nutría siempre de energía para escribir. fotos: ESPECIAL
Siempre buscó el contacto con la naturaleza. Dijo que le nutría siempre de energía para escribir. fotos: ESPECIAL

Francisco Pérez / Héctor Quispe El 14 de julio dejó de existir en este plano terrenal el doctor Andrés Garrido del Toral. Se fue quien en vida se dedicó a contar la historia de Querétaro, un hombre que educó a generaciones de abogados y a la ciudadanía en general, además de que dejó una huella … Leer más

Francisco Pérez /
Héctor Quispe

El 14 de julio dejó de existir en este plano terrenal el doctor Andrés Garrido del Toral. Se fue quien en vida se dedicó a contar la historia de Querétaro, un hombre que educó a generaciones de abogados y a la ciudadanía en general, además de que dejó una huella en sus crónicas sobre la entidad local.

Para recordar al cronista, basta con abrir una página de sus libros, leer alguna de las miles de crónicas en las que retrató a la ciudad de Querétaro, o hablar con algún estudiante de la Universidad Autónoma Querétaro (UAQ).

DE VOCACIÓN

Nació en octubre de 1963 en Querétaro. Estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Querétaro, y posteriormente el doctorado en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Dedicó buena parte de su vida a la academia, motivo por el cual es recordado por sus estudiantes y compañeros.

En 1991 se desempeñó como alcalde interino. Además previamente, en 1988, había sido secretario del Ayuntamiento. De manera oficial llegó a ser el cronista de Querétaro. Dirigió también el Instituto de Estudios Constitucionales de Querétaro. Otra parte de su vida fue dedicada a su familia. Se casó y tuvo tres hijas.

Fue despedido por personalidades de diferentes ámbitos; tal fue el caso de Santiago Nieto Castillo, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, quien escribió en su cuenta de Twitter un mensaje de reconocimiento.

La rectora de la UAQ, Teresa García Gasca, lamentó el sensible fallecimiento y a nombre de la comunidad universitaria se unió a la pena de la familia Garrido del Toral.

DE AFICIÓN

Quienes convivieron con él no olvidarán su personalidad afable.

Adorador del compositor español Joan Manuel Serrat y de sus canciones dedicadas a Antonio Machado, siempre encontraba un atajo en la charla cotidiana para hacerle homenaje.

Cuando tenía la oportunidad se echaba sus ‘gorgoritos’ bajo la penumbra del farol, las velas o el corazón a media luz, siempre dispuesta de las bohemias en todos los escenarios posibles, siempre que hubiera amigos presentes para disculpar su osadía, quienes nunca faltaron.

Como profesor de la UAQ, también tuvo una historia que contar. Su amena forma de instruir es recordada por los estudiantes, quienes elogiaban su sentido del humor en cada cátedra.

Miguel de Cervantes Saavedra era otro de sus favoritos en el mundo de las letras, las cuales para él eran notas musicales siempre dispuestas a armonizar un capítulo de la historia.

Queda para la posteridad su cita al ‘ Manco de Lepanto’ para definir los hechos de cierta parte del poder federal: “Cervantes simplemente les diría: ¡hijos de pu..!”.

Adorador de las enchiladas con patente queretana y las nieves que refrescaban su memoria fotográfica en su deambular cotidiano por las calles del Centro Histórico, se adelantó en el camino hacia otra dimensión.

Las crónicas de su ciudad dejarán un testimonio para futuras generaciones.

Queda cada documento como antecedente para quien desee consultar el mundo reseñado por el doctor Garrido del Toral.

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