Medidas contra los virus deberán flexibilizarse, menos el cubrebocas, asegura epidemiólogo

Para cualquier enfermedad respiratoria, los protocolos adoptados en la pandemia tienen que volverse costumbre, aseguró epidemiólogo

Haydé Ruiz

En opinión del epidemiólogo Miguel Hernández, las medidas sanitarias que se implementaron en la pandemia no tendrán que ser obligatorias cuando se supere la crisis; sin embargo, puntualizó que el cubrebocas deberá subsistir.

“Es difícil predecirlo, pero como epidemiólogo me gustaría que se quedara el cubrebocas, sobre todo si estás enfermo”, indicó.

Por ejemplo, una tos común y una gripa estacional son virus y fácilmente contagiables, por lo que el uso del cubrebocas deberá ser fundamental para prevenir contagios en los círculos cercanos cada vez que se presente una enfermedad respiratoria, como medida preventiva, señaló.

También consideró que estornudar de etiqueta, limpiarse las manos tras sonarse la nariz, ventilar el hogar y comer mejor después de la pandemia deberían quedar como uso y costumbre por empatía con la sociedad.

Lavarse las manos antes de llevárselas a la cara también prevendrá no sólo llevarse el virus al cuerpo, sino cualquier otro virus o bacteria causante de diversas enfermedades no solamente respiratorias.

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DESCUIDO

A raíz del inicio de las jornadas de vacunación, la gente comenzó a bajar la guardia. Pese a que se está avanzando en los grupos de vacunación, eso no se traduce en desistir del uso de cubrebocas, sostuvo el epidemiólogo Miguel Hernández.

“El hecho de que yo esté vacunado no dice que me tengo que quitar el cubrebocas luego luego. Cuando aún hay personas sin vacunar, debe seguir la tos y estornudo de etiqueta, lavado de manos y distanciamiento social”, subrayó.

Las medidas deberán flexibilizarse hasta alcanzar el 60-80 por ciento de la población total vacunada, es decir, la famosa ‘inmunidad de rebaño’, como sucedió en Estados Unidos, agregó.

FRENO A TERCERA OLA

Por otra parte, dijo que, contra los pronósticos del sector médico, no hubo una tercera ola de contagios en México. Hernández señaló que, aunque durante la Semana Santa las personas abarrotaron las playas, ya había un sector de la población con al menos una dosis aplicada contra COVID-19, que era el grupo de los cincuentones.