¡No deshabitemos el Centro Histórico!: Francisco Pájaro

Los centros históricos, debieran ser espacios de convivencia, de habitación y sin dejar de perder su vocación de turismo y de servicios, pero no es factible que se abandonen nuestros centros históricos 

Francisco Pájaro Anaya

Twitter: @fcopajaro

Hoy estaba dando clases con mis alumnos de preparatoria y estábamos hablando sobre el Centro Histórico de San Juan del Río, comentábamos que teníamos dos nombramientos que nos hacen tener una gran importancia sobre el resto del estado. El primer nombramiento es la de “Zona de Monumentos Históricos”, que se otorgó mediante decreto en fecha 3 de diciembre de 1986 por parte del titular del Poder Ejecutivo Federal que en aquella época era el Presidente Miguel de la Madrid Hurtado y posteriormente a nuestro Centro Histórico se le otorgo la categoría de “Patrimonio de la Humanidad”, mediante el decreto de la UNESCO que reconoció esta categoría al Camino Real de Tierra Adentro y que por pasar por San Juan del Río, el mencionado decreto abarco a gran parte del centro de la ciudad.

Ambos nombramientos nos hacen a los sanjuanenses sentirnos orgullosos de lo que tenemos y de lo que poseemos, pero a la vez nos comprometen a tener que cuidarlos y custodiarlos de manera correcta para heredarlos a las siguientes generaciones, tal y como nosotros los hemos heredado de las generaciones pasadas y de lo cual nos sentimos orgullosos.

Sin embargo, ahora está pasando un fenómeno que ha sucedido en muchas otras ciudades y que ya está alcanzando a nuestra ciudad, y este fenómeno es la deshabitación del centro histórico. Este problema, porque realmente es un problema, consiste en que los dueños de las casas del centro, por diversas situaciones, prefieren vender sus casas o destinarlas para comercio y/o oficinas y salirse a vivir a otros lugares, ejemplo en fraccionamientos o en lugares lejanos inclusive de la sociedad.

En este sentido, si bien es cierto muchos de los edificios que se tienen en el centro histórico han adquirido la vocación comercial o de servicios, también es cierto que no podemos permitir que el centro de la ciudad muera y que se quede como una zona donde solamente haya actividad de las nueve de la mañana a las siete de la noche y después todo permanezca en silencio y sin ningún movimiento.

Los centros históricos, debieran ser espacios de convivencia, de habitación y sin dejar de perder su vocación de turismo y de servicios, pero no es factible que se abandonen nuestros centros históricos. Simplemente como muestra en la calle de Hidalgo en nuestra ciudad, del tramo ubicado de Avenida Juárez a la Plaza Independencia, al día de hoy solo habitan alrededor de seis familias y en la calle de 16 de septiembre en toda la calle tenemos casi la misma cantidad de familias.

Es una situación complicada, sin embargo, es necesario que las familias sigan habitando el centro de la ciudad, así se conservan las costumbres, las formas de desarrollo que se ha tenido durante siglos y sobretodo se conservan los hermosos edificios que constituyen nuestro patrimonio.