El Bajío enfrenta retos en medio ambiente

La investigadora indicó que no debe olvidarse que la mala planeación urbana en el centro y el Bajío del país derivan en la creación de islas de calor en las urbes, que provoca el aumento del efecto invernadero con diversos problemas en la salud

Juan Carlos Machorro

Pese al auge industrial del Bajío, los estragos ambientales están latentes.

De acuerdo con Úrsula Oswald, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, el crecimiento desordenado en el Bajío comienzan a generar graves sequías.

El crecimiento urbano desordenado en los estados de Querétaro y Guanajuato, son parte de los causales de las sequías que sus habitantes comienzan a padecer de forma más frecuente.

En el estado queretano, –indicó la académica– hay investigaciones que demuestran que la lluvia ha disminuido en un 13 a 18 por ciento en una década, sin embargo, cuando llueve, el agua cae en cantidades fuera de lo normal, explicó.

La investigadora indicó que no debe olvidarse que la mala planeación urbana en el centro y el Bajío del país derivan en la creación de islas de calor en las urbes, que provoca el aumento del efecto invernadero con diversos problemas en la salud, pues la aglomeración de contaminantes en el aire son causantes de muchas enfermedades.

“Estas entidades –Querétaro, Guanajuato, San Luís Potosí, Aguascalientes– tienen que trabajar arduamente en el control ambiental de su industria, monitorear correctamente el manejo de sus desechos y que se haga uso adecuado del agua”, agregó.

Asimismo indicó que los bosques del centro y Bajío del país, están presentando árboles con menor altura, madera de menor calidad y estos ecosistemas están dejando de ser barreras de contención de vectores de enfermedades”, dijo.

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COVID-19 potencia problemas ambientales

En México, la vulnerabilidad socioambiental es muy compleja y resiliencia ante el cambio climático es escasa, debido a la infinidad de problemas que se padecen en la nación.

Para algunos expertos, la COVID-19 es una expresión de las múltiples problemáticas socioambientales que se han venido desarrollando en las últimas décadas a nivel nacional y mundial; ante ello, es necesario un nuevo paradigma para la construcción del mundo post-COVID-19.

Capital humano en problemas ambientales

En relación al papel de capacitación de capital humano para mitigar los problemas ambientales desde los sectores rurales y comunitarios, calificó de acertado la puesta en marcha de las Universidades “Benito Juárez”, de la Federación que imparten carreras en temas tradicionales y de impacto regional.

“No debemos olvidar que el Cambio Climático es el grave problema del hombre y la pandemia del COVID-19 es sólo una parte del mismo”, puntualizó.

Por su parte, Inés Saénz, vicepresidenta del Centro de la Dignidad Humana del Tecnológico de Monterrey, indicó que la sustentabilidad en las zonas urbanas como rurales, es una labor interinstitucional, donde se requiere que la academia participe con un nuevo modelo educativo “fuera de las aulas”, que enseñe a los nuevos profesionales que sus estudios deben tener una repercusión directa en aquello que les rodea.

Señaló que México se caracteriza por diversas políticas de mitigación en sus metrópolis, aspecto que no debe descuidarse, pues de otra forma no se podrá alcanzar la meta de tener ciudades sustentables al 2030.

Aceptó que México tiene una sociedad que quiere ser ecológica, pero ese entusiasmo no se concreta debido a que nuestro país, adolece de “técnicos profesionales” que enlacen a la sociedad con las acciones a implementar, situación que no sucede en las grandes economías del mundo. Sin olvidar, que el cambio climático tiene repercusiones de género, pues de las muertes por fenómenos climáticos, un 68 por ciento son mujeres.

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México, olvida ecología en presupuesto para 2021

De acuerdo al presupuesto 2021, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales federal recibirá una reasignación por 400 millones de pesos. Sin embargo, este recurso económico no significa un aumento en la realidad, pues el presupuesto ambiental del 2021 es 18 por ciento menor a diferencia del 2018. Mientras que la Secretaría de Energía, destinará sólo un 0.8 por ciento de su presupuesto al tema de Cambio Climático.