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Ruido de fondo, un espacio para la música de nostalgia

Juan Carlos, además de ser dueño de el Ruido de Fondo es un coleccionista de música en formato análogo almacenado en vinilos Texto y fotos: Selene Ugalde Juan Carlos Leandro lleva 4 años vendiendo LPs y 35 coleccionándolos. El gusto por los vinilos surgió durante su adolescencia, por influencia callejera. “Tuve la fortuna de tener … Leer más

Juan Carlos, además de ser dueño de el Ruido de Fondo es un coleccionista de música en formato análogo almacenado en vinilos

Texto y fotos: Selene Ugalde

Juan Carlos Leandro lleva 4 años vendiendo LPs y 35 coleccionándolos. El gusto por los vinilos surgió durante su adolescencia, por influencia callejera.

“Tuve la fortuna de tener vecinos a los que les gustaba el rock, el blues y el jazz; ellos me prestaban discos. Me daban cassettes y acabe comprándoles parte de sus colecciones”.

Antes que vendedor, Juan es coleccionista. Su negocio, Ruido de Fondo –que se encuentra ubicado en la calle Carranza #48 del Centro Histórico– surge porque tenía una colección de más de 6,000 vinilos en casa.

“Era muy difícil tenerlos y acomodarlos. Hasta la fecha todavía no están acomodados. Por problemas de espacio decidí sacar algunos, pero otra de las razones fue que me invitaron a formar un tianguis al lado de la alameda. Me invitaron a participar con los anticuarios”.

Posteriormente decidió abrir un espacio aparte para los amantes del vinil.

Generalmente lo visitan coleccionistas, personas con necesidades muy particulares, “aquí en Querétaro no se consigue mucho de esto y tenemos la fortuna de conseguir este material para ellos, aparte de clientes, son amigos, así que trato de conseguir la música que ellos buscan; que les gustan”.

La diferencia entre un disco grabado en este formato analógico radica en su calidad “es que tienen mayor calidad; un buen LP, tu lo puedes ecualizar. Si tienes un buen aparato, lo escuchas y lo disfrutas. Si te pones estricto a comparar la música de Spotify por ejemplo, ahí solamente escucharás alto y bajo; en cambio este lo puedes ecualizar a tu gusto, si quieres escuchar más la voz, el bajo o lo que sea lo puedes hacer con un vinil y escuchas más instrumentos que con el formato de Spotify o MP3”.

Aparte de la calidad auditiva, el formato físico de los álbumes LP cuenta con una calidad visual que complementa el trabajo musical, y es lo que atrae a coleccionistas, sobretodo si se trata de ediciones viejas o de la nacionalidad del disco y la rareza.

“Muchos se obsesionan con el color, que vienen una o dos canciones de más o que lo volvieron a hacer. Hay gente que lo compra hasta dos o tres veces porque dicen ‘uno lo voy a tocar y otro lo quiero guardar y son colecciones bien nutridas’. Cuando tienes un LP en tus manos es mayor la apreciación del arte. Tienes mayor espacio para apreciar el vinil, el concepto. Regularmente la portada guarda mucha relación con la obra completa”.

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