Las personas que asisten a su clase salen llenas de vitalidad y alegría
Gerardo Ángeles
Hoy como nunca necesitamos liderazgos positivos. Y no solo a nivel de figuras públicas, sino como solemos decir coloquialmente, a nivel de calle. Por supuesto que de los líderes políticos debemos esperar una actuación sobresaliente. Es en situaciones límite donde se prueban los temperamentos, y los verdaderos líderes son aquellos capaces de unir a los pueblos y llevarlos a buen puerto. Pero a la par, es necesario que haya líderes ciudadanos, que inspiren a su familia, a sus amigos y vecinos, que den ejemplo de solidaridad y fraternidad. En México siempre nos habíamos distinguido por ser solidarios. Hoy el encono y la animadversión dominan la conversación pública. Por eso son aún más necesarios los líderes con conciencia social positiva.
Afortunadamente, esos líderes sociales existen y actúan todos los días para mejorar su entorno. Tengo el privilegio de conocer a varios. La maestra Juanita, por ejemplo, enseña aero zumba en el Centro Social de su colonia. Las personas que asisten a su clase salen llenas de vitalidad y alegría. Citlalli quiere que su colonia se vea mejor y puso manos a la obra para arreglarla. Parecen tareas pequeñas, pero son el primer paso de las grandes transformaciones.
Hay que extender la influencia de esos líderes. Que su esfuerzo no se quede en su círculo cercano, en el que hacen mucho bien, sino que se extienda y que aliente a nuevos líderes que apoyen las causas que son de todos, desde las más pequeñas hasta las que cambian el destino de un país.
Quienes trabajan en el sector salud se han ganado a pulso el título de héroes y heroínas en esta contingencia. Impulsemos a más héroes y heroínas sociales, apoyemos sus causas, dejemos la confrontación y volvamos a unirnos bajo la única bandera capaz de sacarnos adelante: la solidaridad, alimentada por una necesaria y transformadora conciencia social positiva.