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Quinta Schmoll cumple 100 años al cuidado de cactáceas queretanas

Regularmente, Quinta Schmoll amplía su colección. foto: YARHIM Jiménez
Regularmente, Quinta Schmoll amplía su colección. foto: YARHIM Jiménez

La Quinta Fernando Schmoll fue fundada hace 100 años por los alemanes Fernando Schmoll y Caroline Wagner, él, paisajista, y ella, botánica. Julián Istilart La Quinta Schmoll, en Cadereyta de Montes, alberga un jardín botánico con cuatro mil 300 especies de cactáceas y plantas suculentas. Se creo hace 100 años y es una verdadera Meca … Leer más

La Quinta Fernando Schmoll fue fundada hace 100 años por los alemanes Fernando Schmoll y Caroline Wagner, él, paisajista, y ella, botánica.

Julián Istilart

La Quinta Schmoll, en Cadereyta de Montes, alberga un jardín botánico con cuatro mil 300 especies de cactáceas y plantas suculentas. Se creo hace 100 años y es una verdadera Meca para los que estudian las plantas del desierto.

Fernando Schmoll, pintor paisajista amante de los cactus, y su esposa, la botánica Carolina Wagner, encontraron hace un siglo en Cadereyta, el lugar ideal para darle rienda suelta a su pasión por las plantas. Con el paso de las décadas, la pareja viajó por todo el continente americano, haciéndose a su paso de nuevos cactus y semillas para robustecer su colección.

La quinta generación de la familia Wagner regentea hoy el vivero. La pasión por hacerlo no ha mermado con el paso de la estafeta generacional. Al contrario, hoy buscan consolidarse como la cuarta colección más grande de cactus en el mundo.

Para ello, Heinz Wagner, bisnieto de los fundadores, comenta que su padre, Enrique Wagner, quien murió hace cinco años, les dejó un plan de manejo a largo plazo para seguir creciendo. “El plan consistía en un programa de intercambios de planta y semillas con viveros de todo el mundo. Hoy somos la cuarta colección de cactus más grande del mundo, además de que tenemos el permiso para reproducirlo y venderlos”.

Sobre los orígenes de esta gran colección biológica, Heinz nos comenta que su bisabuelo, Fernando Schmoll, llegó en 1890 a vivir a Hidalgo. “Mi bisabuelo Fernando era un gran pintor paisajista. Viajaba por todo México y América, estudiando la flora. Todo lo que publicaban (él y su esposa), era en revistas especializadas de cactus. Ya para 1920, vivían en Cadereyta y habían empezado su colección de cactáceas”.

El terreno que hoy ocupa la Quinta Fernando Schmoll, alrededor de 4 hectáreas, hace 100 años lo formaban más de 200 escrituras. “Se fueron adquiriendo las propiedades con el paso de los años hasta lo que es hoy”, explica Heinz Wagner. 

Este enorme vivero se encuentra ubicado en el epicentro de unos de las áreas de endemismos de cactáceas más importante del país, el Valle del Mezquital, que en su parte queretana llega al Municipio de Cadereyta. Es quizá por ello que Quinta Schmoll ha logrado mimetizarse con la sociedad a la que sirve. Además de un vivero con fines de lucro, este lugar propicia en la medida de sus posibilidades, la conservación de los cactus endémicos de la zona.

“Hace unos 10 años hicimos un programa de reintroducción de especies endémicas alrededor de la Peña de Bernal. Fue con la Profepa, alrededor de 120 hectáreas, y de unas 1000 plantas que plantamos, hubo una supervivencia de unas 700, lo cual sig- nifica todo un éxito”, relata Wagner, quien recibe en su quinta a cerca de 50 mil visitantes cada año.

Historia de éxito

En 1920, se funda la Quinta Fernando Schmoll, en Cadereyta, Querétaro.

A principios de la década de los 90s, forman parte de la red que ayuda al rescate de vida silvestre con motivo de la inundación de la presa Zimapán, atrayendo ejemplares de cactáceas endémicas en peligro de extinción.

En la actualidad, el proyecto es regentado por la quinta generación de los Wagner, y se ha logrado alcanzar un porcentaje promedio de germinación de cactus del 95 por ciento.

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