Reciben alimento y descanso trabajadores de la salud

Los trabajadores de la salud agradecen el trato recibido y toman fuerzas para la etapa más dura que está por llegar en un par de semanas

Carlos Uriegas

A 49 pasos del Hospital General, los trabajadores de la salud, la primera trinchera para enfrentar al COVID-19, se ubica un espacio para el resguardo, la cadena de suministro para el descanso y el alimento. El Hotel Plaza Camelinas es una especie de campamento de guerra, en el que médicos, enfermeras, paramédicos y personal del sector salud pueden dormir, bañarse y alimentarse.

No todo son agresiones para quienes dedican su vida a salvar la de los demás, también hay acciones ejemplares.

“El acercamiento fue con la administradora del hospital general, y autoridades estatales para buscar ayudar. Los veíamos en el camellón salir a descansar, despejarse y tomar aire, por lo que tomamos la decisión de ayudarles”, comenta Erick Mandujano, gerente de operaciones del Hotel

Alimentación, higiene y descanso

“Queremos que descasen; hay doctores que se quedan dos o tres días y luego regresan al Hospital, otros solamente vienen a bañarse, descansar un par de horas y algunos más acuden para tomar alguno de los alimentos que les ofrecemos, desde el 29 de marzo, día ingresaron los primeros doctores”, informa el gerente del Plaza Camelinas

Antes de llegar al “campamento de guerra” el personal de salud pasa por cuatro filtros antes de ingresar al hotel.

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“Ellos nos dicen que no nos preocupemos, ya que tienen cuatro filtros que tienen que pasar antes de llegar al hotel. Llegan vestidos de civil, con ningún material usado dentro del hospital”.

Hasta el momento se tiene habilitadas 14 habitaciones para el personal médico.

“Han subido cuatro habitaciones, empezamos con 10 y ahora tenemos 14 cuartos para ellos, de un total de 182, pero si se requieren más, habilitaremos más, ya que ahora el hotel es para ellos”, expresa el gerente de operaciones. En promedio se sirven 60 desayunos, 45 comidas y 35 cenas, tipo bufet.

“Agradecen mucho la variedad y el sabor de la Chef, un pequeño bufet o algo a la plancha, alguna milanesa, pechugas, carne asada, pasta, arroz, frijoles, diario se cambia el menú”.

“La mejor respuesta es de los doctores y enfermeras que no dejan de agradecernos”, comenta el licenciado Mandujano quien compartió que en el hotel normalmente trabajan 130 personas y actualmente laboran 60 empleados.

Ellos agradecen y se declaran listos para lo que viene

Una cama cómoda, un baño caliente y los tres alimentos son parte de lo que ofrece el Hotel Plaza Camelinas, habilitado para servir al personal que trabaja en el Hospital General de 5 de Febrero.

En el comedor del hotel se aprecian cuatro mesas ocupadas con personal médico, en una de ellas, una mesa redonda cuatro caballeros y dos damas disfrutan de una ricas tostadas de salpicón de res y una refrescante agua fresca.

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“Es muy reconfortante salir del Hospital y venir a liberar el estrés, comer algo rico y descansar, antes de que suene de nuevo el celular el radio y se acabe la paz para volver a trabajar”, comenta el doctor Eduardo Villagómez. El trabajo ha aumentado ya que no sólo tratan enfermos por COVID-19

“No sólo son los enfermos por COVID-19, estamos también atendiendo otro tipo de servicios y enfermedades, de dos o tres que atendemos al día, nos estamos preparando para atender a 8 o 10 al día, por lo que es importante recargar la pila”, comentó.

¿Qué piensa sobre la discriminación al personal médico?

“Podemos entender su miedo, nosotros también tenemos miedo, pero tenemos que atenderlos porque es nuestro trabajo, aunque sí da un poco de coraje que agredan a médicos y enfermeras, no sólo en México, si no en todo el mundo. El miedo lo descargan en el personal que piensan que los puede contagiar, pero es más difícil que te contagie un médico que se lava las manos más de 20 veces en una hora y cuenta con medidas extrema de higiene; es más fácil que te contagie alguien que anda en la calle y que no se lava las manos ni para comer”, cuenta el paramédico Daniel Peñaflor.

Sobre la incredulidad de la gente que piensa que esto no es real, ante ello dicen:

“Si existe o no existe el coronavirus, los camiones de muertos en el mundo sí son reales. Los muertos sí son reales, la gente sí se está muriendo y negando es una forma de protegerse”.

Al preguntar lo que se espera en dos o tres semas, los seis dejan de comer, guardan silencio largo, se miran unos a otros y dicen que vienen tiempos muy duros.

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“Sólo tenemos tres hospitales para 1 millón 500 mil habitantes no serían suficientes. Un sábado normal se llenaba el hospital, tan solo con enfermos, riñas y accidentados, y recuerda un meme, en el que se preguntan: “¿México, porqué no han colapsado tus hospitales?”, porque ya estábamos colapsados desde antes”, contestan con franqueza y humor negro.

Esta Pandemia ayudará  para develar que el sector salud necesita mucha inversión, tendrán que venir más recursos.

“Ojalá los helicópteros pudieran volar más, ahora están parados, nos gustaría poder ayudar en esta contingencia, además de usarlo para dar bendiciones”, expresa uno de los paramédicos del CRUM en Querétaro.

Los distinguidos huéspedes también son agradecidos y reconocen la gran labor de los empleados del hotel, ya que dicen que los hacen sentir “como si estuvieran en casa”.