Artesanos del mimbre requieren vender pese a contingencia

La baja afluencia de visitantes en Tequisquiapan ha impactado en las ventas de los productores locales y por ende en su economía familiar

Khalid Osorio

Para los artesanos de Tequisquiapan detener las actividades no es una opción; dependen directamente de los ingresos por sus ventas y, a pesar de comercializar un artículo que no es de primera necesidad, la venta de sus creaciones les ayuda a generar ingresos que les permitan vivir.

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Estos productores comienzan a resentir el efecto de las medidas implementadas para prevenir el contagio del coronavirus. El pasado fin de semana, el Pueblo Mágico recibió pocos visitantes y las ventas de los artesanos locales cayeron drásticamente.

En entrevista con la directora de la Casa del Artesano, Martha Alejandra Caballero Sánchez, ella mencionó que, durante el fin de semana, el número de ventas alcanzadas fue de solo ocho, mientras que en un fin de semana ‘ordinario’ estas llegan hasta 60. Esta situación preocupa a los fabricantes de piezas de mimbre, principal artesanía exhibida en este lugar.

En dicho sitio se presentan creaciones de aproximadamente 150 artesanos, entre las que existen diversas figuras de decoración, utensilios para la cocina e incluso muebles como sillones, columpios y sillas.

Sergio Mejía Peña es uno de los artesanos que expone sus piezas en este lugar, su taller se encuentra aproximadamente a un kilómetro del centro de Tequisquiapan, y en compañía de su esposa Socorro Luna manejan un taller llamado ‘Arte en mimbre Luna’, en el que fabrican muebles con diversas fibras naturales como tule, hoja de plátano y alga marina.

Desde hace más de 25 años, Sergio Mejía trabaja haciendo creaciones con mimbre. La principal creación de su taller y la más vendida son los columpios de descanso, los cuales se tejen alrededor de una estructura metálica y dan forma a una especie de cascarón.

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Esta obra requiere alrededor de dos días de trabajo para ser completada y poder comercializarse en alguno de los puntos de venta en el centro del municipio o ser parte de un pedido de los clientes ya recurrentes del taller.

Otra de las piezas más solicitadas es la mecedora tejida, que requiere un mayor tiempo de dedicación por los detalles que la componen. En el taller se pueden apreciar creaciones de gran magnitud, como salas de tres módulos con una mesa que les acompaña, sillones individuales, cabeceras, mesas y hasta un ataúd ecológico. De esto, han vendido alrededor de 100.

El confinamiento de las personas pega directamente en los bolsillos de los artesanos, explica el señor Sergio mientras remoja varas de mimbre para seguir tejiendo un columpio. La falta de visitantes hace que la venta de estas piezas baje considerablemente.

Otro de los problemas que enfrentan es el incremento en el precio del dólar, ya que el mimbre utilizado para realizar su trabajo es importado. Explica que en Tequisquiapan existen tres proveedores de los materiales utilizados en su taller y que el precio de estos tuvo un aumento. El mimbre se importa principalmente de Singapur y las algas marinas, de países del sureste de Asia.

Cuando empezamos a trabajar, eran otro tipo de artesanías. En ese tiempo, el material era las varas de sauce, que se dan en el río. Cuando empezó a escasear, este material se comenzó a traer de Guanajuato y Michoacán. Después, también empezó a escasear y se optó por este tipo de fibras que se traen de China, Indonesia, Filipinas… toda esa región”, recuerda Sergio Mejía mientras teje casi de manera automatizada un columpio.

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El oficio del tejido de mimbre le dio a esta familia la oportunidad de brindar estudios superiores a sus tres hijos, quienes probablemente no harán de este oficio su principal ingreso económico, pues la incertidumbre y las crisis son un factor que determina de manera directa e inmediata la remuneración obtenida con esta actividad, explica Socorro Luna.

• 8 piezas de artesanía de mimbre fueron vendidas el fin de semana pasado; el promedio es de 60.
• 150 artesanos exhiben sus piezas en la Casa del Artesano de Tequisquiapan.

AMIP.