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¿Es desdén, mucha locura, odio, indiferencia o todo junto?

Foto: Erika Balestra
Foto: Erika Balestra

No hay explicación, pero hoy en México matan a más de 10 mujeres cada día Texto: Lizeth Serrano / Witness Fine Art Prints Fotos: Erika Balestra / Witness Fine Art Prints Se trata de poder, algo estructural, es un sistema patriarcal que está por encima de todo, una balanza en donde las mujeres perdemos siempre. … Leer más

No hay explicación, pero hoy en México matan a más de 10 mujeres cada día

Texto: Lizeth Serrano / Witness Fine Art Prints

Fotos: Erika Balestra / Witness Fine Art Prints

Se trata de poder, algo estructural, es un sistema patriarcal que está por encima de todo, una balanza en donde las mujeres perdemos siempre. Es una violencia implícita en todas partes, una ideología hegemónica que permite que mueran las mujeres, tan cotidiana que parece invisible y se ha normalizado tanto hasta el punto en que un feminicidio parece o parecía no aterrar, no alertar ni preocupar, pero hoy somos muchas, miles exigiendo y gritando por igualdad, respeto y justicia, haciendo historia y continuando la lucha en la que siempre hemos estado.

La lucha feminista es global, lleva más de 100 años y en ella exigimos igualdad en diversos aspectos pero hoy en México, las mujeres luchamos por el derecho más imprescindible, el de la vida. Luchamos contra una violencia que se reproduce en la casa; en las prácticas cotidianas e invisibles, el cuidado obligado y disfrazado de amor que incluso sostiene la base del sistema capitalista, el trabajo no pagado, desvalorizado y olvidado.

También gritamos por el derecho a no sentir miedo, en el espacio público y en el privado también. Resistimos mientras la existencia y exigencia de los mundos polarizados y dualistas nos atraviesan, nos unimos y desde lo colectivo creamos fuerza para gritar que ya no más, que estamos hartas, que nos duele que nos maten, que nos peguen, que nos violenten todo el tiempo y en todas partes.

Juntas nos apoyamos y entre tantas se siente que la opresión se va a caer, somos tan poderosas que les asusta, tomamos las calles y el espacio público como un acto político, tejemos colectividades que son para siempre, la sororidad se siente en los cuerpos y en el alma también; el aparato de sentido discursivo parece que se rompe, el miedo se devanece con la fuerza y el coraje de tantas, la esperanza parece vagabunda pero no se pierde.

Lo que se codifica en la memoria del cuerpo se desborda en consignas, en gritos y llantos. Se expresa con el cuerpo, el que es político; el territorio que desde todas las diferentes aristas se oprime, y se violenta. Somos muchas y juntas gritamos basta; por las que estamos, las que ya no están y las que crecen en este camino. Hoy ya no nos callamos, gritamos por todas y caminamos hacia el cambio.

AMIP.

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