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Vizarrón De Montes, tierra de mármol y artesanos

Foto: Yarhim Jimémez
Foto: Yarhim Jimémez

La mayor parte de los habitantes de la comunidad se sostienen gracias a la venta de piezas realizadas a partir del marmol que extraen de los cerros cercanos Khalid Osorio La comunidad de Vizarrón de Montes en el municipio de Cadereyta esconde entre sus calles uno de los oficios más tradicionales, el tallado de mármol. … Leer más

La mayor parte de los habitantes de la comunidad se sostienen gracias a la venta de piezas realizadas a partir del marmol que extraen de los cerros cercanos

Khalid Osorio

La comunidad de Vizarrón de Montes en el municipio de Cadereyta esconde entre sus calles uno de los oficios más tradicionales, el tallado de mármol.

Este lugar es rico en este material, lo cual se nota a primera vista ya que sus casas, las calles, la iglesia y la plaza principal tienen detalles labrados en mármol.

Muchas de las piezas de la iglesia son donadas por los pobladores que han hecho de este oficio su principal fuente de ingresos.

En la avenida principal se pueden encontrar tiendas en donde se ofrecen todo tipo de objetos realizados en esta piedra, desde figuras para decoración, muebles, cuadros decorativos, esculturas y hasta arreglos para tumbas.

A dos cuadras de la avenida principal se encuentra el taller de la familia Vega, en el cual transforman bloques de piedra en verdaderas obras de arte, la materia prima llega desde las entrañas de los cerros cercanos, en donde un grupo de hombres que trabajan con una restroexcavadora y con otras herramientas simples extraen las piedras para transformarlas en bloques, láminas o simplemente venderlas al ‘bruto’, las piedras son trasladadas hasta el taller en camiones que pasan por un camino lleno de polvo de mármol, el cual da la apariencia de nieve ya que cubre todos los elementos a la orilla del camino.

Foto: Yarhim Jimémez

Al llegar al taller las piedras de hasta 200 kilogramos son bajadas por los trabajadores, algunas veces cuentan con pequeñas grúas para realizar esta labor y algunas otras lo hacen solo con la fuerza de sus brazos, posteriormente eligen las rocas de acuerdo a su forma y tamaño para transformarse en diversos objetos que atraigan la atención de los compradores.

En el taller nada se desperdicia, las piedras que son pequeñas se venden por costal para adornar los jardines de las casas, los bloques pequeños se convierten en figuras decorativas, las piedras más grandes pueden ser esculturas o muebles, creatividad de cada uno de los artistas es el límite.

Las piedras son cortadas de acuerdo al objeto que Pablo Martínez o Joel Martínez, dos trabajadores del taller, tienen en mente, luego las comienzan a labrar con las distintas herramientas que generan una nube de polvo que se esparce por todos los rincones del taller.

Foto: Yarhim Jimémez

Entre bromas y  música popular que proviene de una bocina cubierta de polvo blanco, es como estos dos artistas detallan las distintas piezas de mármol. Luego se comienzan a unir, si es que lo requieren, y se pulen para dar un acabado brillante que parece imposible al ver una piedra opaca y ceniza en un principio del proceso

De esta piedra, por ejemplo, se puede hacer un lavabo de una sola pieza porque es bastante grande o se puede utilizar para la decoración de una tumba, una pequeña capilla con una cruz y un libro o se puede hacer un diseño de acuerdo a lo que el cliente quiera”, menciona Pablo mientras señala una pineda de aproximadamente un metro de diámetro.

Existen piezas más difíciles de realizar que otras, la habilidad de los trabajadores es crucial para determinar cuántas horas o días de trabajo requiere cada una de las piezas, el nivel de detalle de cada una de ellas determina en gran parte el tiempo, un lavabo rústico, por ejemplo, requiere aproximadamente un día de trabajo, así como las piezas que son hechas a partir de una hoja, como una cruz o una figura cualquiera que sea plana pues ya cuentan con plantillas que les permiten acelerar el trabajo.

Otras piezas como, lavabos completos, comedores y lámparas que combinan mármol y ónix pueden tardar hasta una semana en su elaboración. Sin embargo, las esculturas son los trabajos que demandan un tiempo mayor, explica el señor Orlando Vega Leal, dueño del taller, quien muestra con orgullo todas las piezas realizadas en el taller y las que ya se encuentran terminadas y listas para comercializar en su tienda a tan solo unos pasos del lugar de elaboración.

En la tienda que es atendida por su hija Elda Vega, se pueden encontrar un sin número de piezas grandes y pequeñas entre las que destacan artículos religiosos, pequeños animales, decoraciones de centro de mesa, lámparas de noche, cuadros de peces e incluso uno de la última cena, que da cuenta del trabajo detallado de cada uno de los artistas que trabajan en el taller.

Foto: Yarhim Jimémez

Cada fin de semana reciben a un mayor número de visitantes en el poblado, quienes acuden a comprar artículos fabricados en mármol. Orlando Vega comenta la importancia de difundir las artesanías que se fabrican en la comunidad “Muchas personas acuden a las grandes tiendas a comprar decoraciones de mármol y piensan que es muy caro, pero queremos que vengan y conozcan el proceso, para que se den cuenta del trabajo previo, además de ofrecer mejores precios”, comenta.

A su tienda ‘Marble-Orsa’ acuden cada din de semana en promedio 200 personas en fines de semana, los compradores provienen principalmente de la capital del estado, pero también reciben visitantes del resto del país e incluso algunos del extranjero que acuden a comprar alguna pieza admirados por los detalles y la complejidad de cada una de ellas.

Como este taller existen muchos otros en Vizarrón de Montes, la mayoría de las familias que habitan en el lugar han hecho del mármol una fuente de empleo que les permite sostener a sus integrantes a partir de un material que surge de los mismos cerros que custodian el lugar.

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