‘El Gigante de Oscar Wilde’, una obra que invita a jugar con la imaginación

‘El Gigante de Oscar Wilde’. /Foto: Constanza Escamilla

‘El Gigante de Oscar Wilde’ es una obra que invita a jugar con la imaginación. Se trata de una puesta en escena en donde los protagonistas son marionetas hechas a base de materiales reciclados

Lorena Rudo | 22-11-2019

Giovanna Cancino

Manuel Gómez Becerril y la compañía que dirige Avatares Cía. Teatral han creado una puesta en escena en donde los protagonistas son marionetas hechas a base de materiales reciclados. Se trata de 17 personajes, entre ellos Macaria, una niña de ocho años que tiene mucho que contar.

‘El Gigante de Oscar Wilde’ es una obra para toda la familia, que invita a jugar con la imaginación y a crear historias.

“Intentamos hacer algo con elementos muy sencillos, para que los niños vean que también pueden hacerlos. Recordamos también cómo éramos de pequeños y así ir creando cada uno su personaje”, compartió en entrevista Manuel Gómez Becerril, director de la obra.

Macaria, a través de la convivencia con su familia que la tacha de rara por ser muy inteligente, en su rol como estudiante y amiga hace conciencia a través del juego sin imposiciones y retrata todas esas creencias con las que crecieron quienes ahora son adultos y tienen hijos.

Hay mucha música en vivo, se escucharán canciones que han sonado mucho en la radio en todo el mundo, pero de una manera muy peculiar, ya que los personajes interpretan sus propias letras, algo que además de creativo resulta muy divertido.

“Tratamos de recordarle a los papás que deben pasar más tiempo con sus hijos, convivir con ellos y de todas las maneras posibles. Aunque sean adultos que les muestren a sus hijos como eran cuando tenían su edad”, agregó Gómez Becerril.

Además de tratar de recuperar la literatura universal a través de cuentos para niños, se hace una crítica social sobre como a veces a los más pequeños se les imponen cosas como el rol de género a través de encasillamientos, desde que hay colores para niños y niñas hasta juegos u otras cosas.

“Se toca mucho el sentido del respeto que debe tener el adulto hacia el niño. Saber que tienen un mundo de creación, porque su percepción de la vida es acorde a su edad y así interpretan muchas cosas. Entonces, tratar de imponer la visión de adultos con todos los filtros, paradigmas que se tienen, solo consiguen que el menor reproduzca lo que ve e imite a sus padres”, dijo el director.