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El futuro taurino está en estos jóvenes

Fotos: Especial
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El futuro taurino está en estos jóvenes apasionados de la fiesta brava, quienes se perfilan como las nuevas figuras Redacción El futuro taurino está en estos jóvenes apasionados de la fiesta brava, quienes se perfilan como las nuevas figuras. Luis Rodrigo Nieto La fiesta taurina como un ‘veneno’ necesario Ver a Juan José Padilla en … Leer más

El futuro taurino está en estos jóvenes apasionados de la fiesta brava, quienes se perfilan como las nuevas figuras

Redacción

El futuro taurino está en estos jóvenes apasionados de la fiesta brava, quienes se perfilan como las nuevas figuras.

  • Luis Rodrigo Nieto
    La fiesta taurina como un ‘veneno’ necesario

Ver a Juan José Padilla en un video abriendo la Puerta del Príncipe en Sevilla marcó un antes y un después en la vida de Luis Rodrigo Nieto. “Verlo me enchinó la piel, fue algo que me envenenó y totalmente me apasionó”, recuerda el joven de 21 años de edad, quien actualmente radica en la Ciudad de México, donde entrena con Manolo Mejía.

Es su familia el mayor pilar de apoyo y quienes han estado ahí, para aconsejarlo en todas sus decisiones, así como ‘Pepito’ Arroyo, a quien admira por su gran corazón y su disposición de ayudar de forma incondicional.

Lele, la muñeca que representa a Querétaro

Nieto apenas se foguea en este mundo taurino, su debut fue en abril pasado en el municipio de Tequisquiapan y está seguro de que su principal obstáculo es él mismo. “Uno mismo se pone los límites, y (es) quien decide hasta dónde quiere llegar. Uno mismo es su propia motivación y empuje”, reconoció Luis Rodrigo, quien actualmente entrena en Viveros de Coyoacán en la Ciudad de México y tiene la convicción y la ilusión de ser un torero de época y hacer valer cada uno de los sacrificios que ha hecho por la pasión que corre por sus venas.

Quiero ser el mejor a pesar de todos los momentos difíciles que puedan presentarse”, declaró.

Nieto es consciente de que no hay mayor valentía que arriesgar la vida frente a un toro, pero que no hay nada que se compare con la emoción que le provoca tanto a él, que está en el rodeo, como a los aficionados que lo alientan y son testigos de la faena. “La fiesta no ha muerto, porque todavía hay afición. Es un espectáculo y arte que emociona, que traspasa barreras de modas, clases sociales, o formas de pensar”, compartió.

Rodrigo no quiere correr para destacar en el mundo taurino, quiere ir paso a paso y posicionarse primero, como un buen novillero.

  • Diego San Román
    Salir de hombros de la plaza llamada vida

Diego San Román lo tiene claro. Del único sitio que quiere salir triunfante y de hombros es de la vida, estar a la altura de su padre Oscar San Román en el mundo de la fiesta brava y destacar en esta carrera de matador que eligió y descubrió como pasión a los 18 años de edad.

A pesar de que desde niño vio cabezas, orejas y rabos, al tener como ejemplo a dos apasionados de la tauromaquia: su padre y abuelo, Diego se dedicó al ‘motocross’ desde los 10 años de edad; sin embargo, no se resistió al ‘amor de sus amores’ que provenía de su familia.

Yo le pedí a mi padre que me enseñara a torear y al estar frente a una becerra me llené de emoción”, compartió Diego San Román, quien dijo admirar al ‘Pollo’ Torres Landa, quien siempre lo ha apoyado y ha tenido una visión para seguir fomentado la fiesta brava en México y Querétaro.

Para esta promesa, su mayor obstáculo es él mismo. “Mi mayor reto u obstáculo es mi personalidad. Vencer mis miedos frente a un animal que te puede quitar la vida. Vencer esos retos y que a raíz de eso nazcan sueños, hace que valga la pena ser perseverante, porque si no lo eres, los objetivos se quedan ahí y no se cumplen”, contó.

Somos Libertadores

Respecto a si es un práctica que vaya de más o menos, Diego asegura que si aún existen niños que quieran ser toreros, seguirá viva, y admite que hace faltan nuevas promesas. “No considero que esté muriendo, sino que como en México se manejan las modas, ahora estamos pasando una mala racha, pero la gente y los aficionados a esta fiesta están a la espera de que salgan novilleros nuevos y eso genera que la gente se salga de las plazas de toros, porque no les llama la atención”.

  • Andrés García
    Jugarse la existencia frente a un toro, el significado de vivir

Andrés García, a sus 16 años de edad, ya sabe lo que quiere: llegar a alzarse de hombros en plazas como Madrid y Sevilla. Venir de una familia amante de la fiesta taurina y tener como hermano y ejemplo al ‘Payo’ le han permitido tener las herramientas para ir despuntando en la tauromaquia.

Mi primer acercamiento fue a los ocho años, mi hermano me invitó a jugar con él a burlar vaquillas, enseguida me dijo que tomara un capote y continuamos jugando hasta que de ser un juego se convirtió en una forma de vida. Me apasioné al estar delante de las vacas y descubrí que torear invita a vivir”, contó Andrés en entrevista.

Para él es admirable ver cómo hay muchos ganaderos en México que se dedican a revolucionar el mundo de los toros y cada vez consiguen animales con mejores envestidas, lo que permite que la fiesta brava continúe. “Debuté el 13 de abril y soy consciente de que tengo que mejorar. Tengo el privilegio de tener el apoyo de mi familia y que mucha gente me ha abierto las puertas para que me dedique a esto”.

Quesos queretanos

Andrés García todos los días se prepara siguiendo los consejos de su hermano, bajo la supervisión de su entrenador, y a la par estudia la preparatoria. Para él, la tradición de los toros es algo que perdurará siempre.

Yo creo que nunca se va acabar, siempre habrá gente en contra o quienes sí les guste, pero mientras haya niños que quieran ser toreros, seguirá vigente”, mencionó.

El mundo taurino para Andrés es precisamente su mundo, ya que se ha convertido en su forma de vida y en sus entrenamientos invierte la mayor parte de su tiempo. “Los toros es una forma de vida, jugarse la vida frente a uno. Para mí eso significa vivir, eso me llena y para mí vale la pena”, declaró el joven.

  • Iñaki González
    Fiesta brava, la inspiración para toda posibilidad de arte

El ser testigo de la euforia de la gente, tras ver el corte de rabo de un toro durante un rodeo en Navidad, cuando era niño, le bastó a Iñaki González para volverse ‘loco’ y enamorarse de la fiesta taurina, pues creció en un palco de una plaza de toros en la ciudad de Querétaro.

El joven de 18 años de edad, y promesa en este arte, considera que uno de los mayores sacrificios que ha hecho por esta, que considera su pasión, es estar lejos de su familia durante el año y medio que se fue a España para obtener mayor preparación, pero asegura que “las cosas que valen la pena siempre son difíciles”

Para Iñaki, es admirable ser testigo de la entrega de empresarios y ganaderos para que esta práctica siga vigente, ya que ellos, como los protagonistas que se plantan en el rodeo, también dedican su vida para que esta tradición no muera.

Es bonito ver cómo hay tanta gente detrás de la fiesta brava. Para nosotros, la vida es entrenar, torear, buscar festejos y novilladas”, comentó González.

Aunque este joven lleva apenas tres años forjándose como torero, asegura que un toro es una total inspiración.

La tradición para nada ha muerto, considero que pasa por un bache, pero el toro inspira toda posibilidad de arte. Para mí, es el arte de todas las artes”, mencionó y agregó que los niños que ahora estén en las corridas deben disfrutarla al máximo pues “no van a encontrar nada mejor”.

Por último, esta promesa de la tauromaquia no titubeó al decir que se visualiza saliendo de hombros en todas las plazas que pise, pero si le dieran a elegir entre esas puertas, estaría la de Madrid.

AMIP.

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