Invierten 800 mil pesos en Museo de Sitio del Templo de Santa Rosa de Viterbo

En el lugar se creó una segunda sala con las esculturas, pinturas, vestimentas, mobiliario, entre otros objetos de valor patrimonial para los mexicanos

Roxana Romero

Las Madres Rosas que fueron expulsadas de su casa en 1861, regresaron a su hogar y están presentes en las obras de valor artístico, espiritual e histórico que les pertenecieron y que ahora forman parte del nuevo Museo de Sitio del Templo de Santa Rosa de Viterbo, inaugurado ayer por el gobernador Francisco Domínguez Servién.

Durante el evento de inauguración del Museo, ubicado en el edificio considerado como una joya arquitectónica del Siglo XVIII con estilo barroco, el mandatario informó que fueron invertidos alrededor de 800 mil pesos en trabajo colaborativo con especialistas en restauración, museografía y técnicas de montaje.

El museo está compuesto por dos partes: la primera es sobre la vida ordinaria de las Madres Rosas, donde se colocaron los documentos, utensilios y pinturas de las religiosas que habitaron el Real Colegio de Santa Rosa de Viterbo.

Se creó una segunda sala con las esculturas, pinturas, vestimentas, mobiliario, entre otros objetos de valor patrimonial para los mexicanos por su significado en la historia del país.

Para todos los queretanos, el pasado es un espejo que revela identidad y rumbo. Contemplarlo nos enriquece a todos como sociedad. Generación tras generación contemplamos el papel determinante de nuestro estado en la historia nacional”, mencionó el Ejecutivo estatal.

Monseñor Martín Lara Becerril, rector del Templo, relató que el Real Colegio de Santa Rosa de Viterbo fue construido en 1752. En él habitaban Petra de León Maldonado, María de la Luz y Guadalupe Becerra, Concepción Rodríguez y María Paz, quienes eran conocidas como las Madres Rosas y fueron expulsadas tras las Leyes de Reforma en 1861. Después de peregrinar, se establecieron en el Municipio de Colón, donde las cuatro murieron.

Antes de fallecer la última de las Madres Rosas, María Paz, dejó todas las pertenencias al señor José Antonio Prado Moreno, originario de Colón y vecino de las Madres, quien después de varios diálogos decidió donar a la Rectoría de Santa Rosa de Viterbo todas las riquezas históricas, culturales y artísticas.

En este lugar queremos ofrecer a los queretanos la belleza de la fe católica hecha cultura, expresada en la pintura mural, en las pinturas de caballete, en las esculturas de madera labradas, en la vestimenta original del siglo XVIII”, expuso Lara Becerril.