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Protestas violentas en EUA ¿El lenguaje legítimo de los ignorados?

Protestas violentas en EUA ¿El lenguaje legítimo de los ignorados?
Protestas violentas en EUA ¿El lenguaje legítimo de los ignorados?

La respuesta virulenta ante los crímenes de odio acaecidos en Estados Unidos debe analizarse desde un punto de vista de las protestas no-violentas Abel Mejía Todos hemos seguido con detenimiento la espiral de violencia que se ha desatado en EUA como consecuencia de la muerte de George Floyd a manos de las fuerzas del orden.  … Leer más

La respuesta virulenta ante los crímenes de odio acaecidos en Estados Unidos debe analizarse desde un punto de vista de las protestas no-violentas

Abel Mejía

Todos hemos seguido con detenimiento la espiral de violencia que se ha desatado en EUA como consecuencia de la muerte de George Floyd a manos de las fuerzas del orden.  En esta espiral de violencia, que ha involucrado manifestaciones cada vez más virulentas por parte de la población civil, particularmente la destrucción y robo a propiedad privada, y una escalada de las tácticas de represión de la policía, es fácil perder la perspectiva de las razones legítimas de las protestas y meter en una sola canasta tanto a los que protestan de buena fe como a aquellos que se aprovechan y abusan de la situación.

Lo más importante es no olvidar que el corazón de estas protestas es reclamar un alto a la violencia sistémica contra las minorías, particularmente contra las poblaciones afroamericanas, que ha sido tolerada/promovida dentro de las mismas instituciones gubernamentales encargadas de salvaguardar la integridad física y los derechos civiles de dichas poblaciones.  Las muertes recientes de los afroamericanos George Floyd, Breonna Taylor, Ahmad Arbery y varios otros no son coincidencia, sino el resultado de prejuicios de las fuerzas policíacas y de la indiferencia de una gran parte de la población de raza blanca de los E.U.A. que prefiere priorizar su tranquilidad y el statu quo sobre las demandas de justicia, igualdad y humanidad.

Ahora bien, ¿la legitimidad del origen de las protestas y el continuo desdén del gobierno y una parte muy importante de la población a las mismas, justifica las expresiones más violentas de las mismas y la afectación a la integridad física y al patrimonio de terceros?  Para responder esta pregunta tan compleja me remonto al famoso discurso de “La Otra América” que dio Martin Luther King en 1967, en el que justo analizó este tema y que contiene ideas muy poderosas que bien vale la pena repasar.  En este discurso señalaba que el consideraba que las protestas violentas eran socialmente destructivas e infligían una auto-derrota a los grupos que las realizaban, y que seguía convencido de que la no-violencia seguía siendo el arma más poderosa para los grupos oprimidos en sus luchas por libertad y justicia.  No obstante, y creo que aquí está lo más importante de su mensaje, el Dr. King señala que las protestas violentas son el lenguaje de aquellos que nunca han sido escuchado y que las mismas no aparecen de la nada, sino que resultan de la existencia de condiciones que deberían ser condenadas -igual o más fuerte que las protestas violentas- y que han sido ignoradas y perpetuadas por mucho tiempo. El mensaje, que creo que aún es vigente, es que no son aceptables, pero sí entendibles, estas protestas violentas y que, si vamos a condenar las expresiones violentas de estas protestas, es deber moral condenar igual de fuerte las causas que dieron lugar a las mismas.

Además de que como mexicanos deberíamos tener interés en este tema por humanidad y porque tiene lugar en nuestro importante vecino del norte, debemos tenerlo muy presente porque no estamos exentos que suceda algo igual aquí.  ¿Porqué? Pues sencillito, estamos en un país con 52 millones de pobres y una población indígena de alrededor de 11 millones, de los cuales 8.3 millones viven en la pobreza, 3.2 millones no tienen ni para comprar la canasta básica, donde alrededor del 50% tiene rezagos educativos importantes y 19.9% no tiene ni agua potable en su casa.  Claramente esta población no ha sido ni escuchada ni atendida, como sociedad debemos enderezar el curso antes que la desesperación de estas persones los orille a hacer oír su voz en maneras que pongan en peligro la paz del país.  Te invito a platicar en @MrMejiaCosenza.

MT

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