Hablemos del Presupuesto de Egresos de la Federación 2024. El análisis de este proyecto puede ser visto desde varias perspectivas, uno por su amplitud y aquí comentaremos algunos aspectos.
Llama la atención que en lugar de fortalecer hacia adelante la posición del gobierno venidero, se haya planteado un debilitamiento de este, al plantear un presupuesto con mayor déficit, en específico, un incremento del 4.3% respecto al del 2023, que representa un 26.4% del PIB. Lo que dejará con un muy escaso radio de maniobra la operación de la administración entrante.
Que en lugar de fortalecer al Estado Mexicano, se haya propuesto y aprobado el extenuamiento de organismos autónomos clave, precisamente en la transición gubernamental. La reducción presupuestal, planteada mediante reasignaciones, afectará al INE con una reducción del 13.2%; a la Suprema Corte de Justicia de la Nación con un 5.3%; a la Auditoría Superior de la Federación con un 9.3%; así como al Consejo de la Judicatura Federal con un 7.2% y al Instituto Nacional de Transparencia con un 6.1%; además de las dos cámaras del Congreso.
El efecto de tales reasignaciones traerá consigo un debilitamiento ostensible de ellas y una dificultad clara para llevar a cabo sus funciones de manera efectiva.
No se observa, pues, que se haya planteado en esa elaboración presupuestal y aprobación, un objetivo de fortalecimiento del Estado sino el desvanecimiento; lo que revela la visión centralista del partido en el gobierno.